miércoles, 16 de diciembre de 2020

no va a ser tan fácil



Llevo días juntando las palabras necesarias pero parece que se rebelan a cierto orden indicativo y pertinente.

Nunca escribo así de a ratos, suele ser un impulso arrasador, sin piedad alguna, sin vueltas y sin embargos, pero ésta es una entrada privilegiada y merece cualquier capricho.

Sin contar los años desde 1980 en que entré a la Fadu, solo contando desde el 2009 hasta hoy, pasaron por nuestra cátedra, una de las que dictan la materia Dibujo del CBC, digamos 500 estudiantes por año, lo que hace un escalofriante número de 6000 seres, queribles seres.

Seis mil!! 

Cuantas cosas habremos aprendido juntos?
Cuantas imágenes habremos construido?
Cuanto afecto habremos desplegado?
Cuanta verdades habremos desterrado para siempre?
Cuantas certezas habremos pulverizado?
Cuantos lugares del sentido común habremos amedrentado?
Cuantas risas habremos convocado?
Cuantas tristezas habremos acariciado?
Cuantos silencios habremos maltratado?

Me emociona pensarlo, dimensionarlo, valorarlo, quererlo.

Después de 40 años en la UBA, querido lugar de todo significado posible, me voy.
Me voy hacia mí, hacia mis lugares personales, feliz.

La tarea docente me ha hecho mejor persona, lo sé.
La tarea docente me ha hecho entender el sentido de un montón de cosas.
La tarea docente me ha hecho sufrir y me ha hecho brillar con intensidades que nunca imaginé.

Siento la tarea cumplida, con una fe incondicional en la libertad de las mentes, los cuerpos y las almas. 

Como expresar lo que siento en este momento, en este lugar?

Eso es lo que no va a ser tan fácil.

Las palabras ceden con cierto desconcierto, su lugar a la emoción.
No se puede dibujar con palabras y el dibujo ha sido la excusa de todos estos años.
El dibujo entiende de emoción, entiende de lo que quiero decir, de lo limitado y de lo desplegado.
He presenciado milagros de crecimientos, milagros de descubrimientos, milagros de encuentros con una misma y uno mismo, milagros de vivencias tan conmovedoras que casi no se pueden expresar.
Y ése, el registro vital de cada una de esas experiencias, fue el sentido de este blog que ahora se irá conmigo.

Y apenas empiezo a agradecer, esa es la tarea titánica que ya vendrá.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Moira





sábado, 5 de diciembre de 2020

túneles






























El 20 de marzo empezó el aislamiento. Hace como cinco millones de horas.
Creo que ese lejano día nos metimos en túneles, cada una/o en el suyo y empezamos un largo viaje, confuso por momentos, sin tiempo ni destino, solo sabiendo que debíamos avanzar.
Quizás las pantallas fueran esa luz al final del túnel, esa frase tan estúpida y gastada hasta el hartazgo.
Quizás la travesía nos fue desnudando, arrancando jirones de nuestra condición.
Quizás el espacio se volvió estrecho y nos quedamos solas/os con nuestras incertidumbres porque fuimos dejando todo lo que ya no hacía falta.

Nos volvimos solas/os, nos transformamos.

Los túneles nos han llevado a otras costas.
Los túneles nos han llevado a ser otros seres, incomparables.
Los túneles nos han llevado a otro destino.

Saldremos a la luz otra vez.
Así, distintos bajo una luz distinta.

Nos sabremos reconocer?

Abrazo
Gustavo Barbosa




viernes, 27 de noviembre de 2020

rabiosamente así















El 2020, como buen año bisiesto se ha empeñado en ser el mejor y se lo merece sin duda alguna.
Nos ha hecho parar el universo, nos ha hecho pensar, nos ha hecho expresar las más de las emociones, nos ha golpeado, nos ha dejado sin aliento, nos ha zamarreado, nos ha sacado de los lugares que solíamos ver, en los que solíamos ser y nos ha enfrentado con los irremediables espejos que nos miran.

Quien soy?

Es particularmente desconcertante vivir en un país que busca horizontes distintos cada vez.

Esta semana nos ha enfrentado con las fuertes emociones que llevamos guardadas en los lugares santos que se agolpan a los empujones por salir a la luz.

Las emociones y tristezas personales son únicas e intransferibles. Pero las emociones y las tristezas sociales, las de todos, son poderosas y nos convocan desde los huesos hasta el infinito.
Así las lágrimas de la otra persona se transforman en propias, así las tristezas y las alegrías se transforman en lo que nos da identidad.

Me conmueve encontrarme con las emociones del otro y cantar juntas y juntos buscando resonar con los que se fueron y con los que seguimos, así, en estos silencios tan llenos de sonidos.
Me gustan estos días que abren puertas que, al atravesarlas, nos dejan llenos de cicatrices y a la vez, indescriptiblemente mejores.

Abrazo 
Gustavo Barbosa

para el Diego que llevamos dentro

fotografía: Día a Día






martes, 24 de noviembre de 2020

hay una otra persona

 




















Ante la inminencia del fin de la pandemia que nos toca en suerte transitar, parece ser un tema la vuelta a la normalidad.
Estamos transcurriendo una época extra ordinaria, lo cual tiene una vertiente interesante y quizás nos toque reconsiderar algunas formas de esta vida.

Lo que no deja de causarme cierta gracia es la perentoria necesidad de mucha gente de volver a la normalidad, a cómo dé, aún a costa de nosotros mismos.

Quien somos los que volvemos? Los que éramos antes? Los que éramos, ésas y ésos que vivíamos entre nosotros y los otros?

Estos días, parado frente al espejo, pensaba en quien es esa persona que me imita en cada movimiento? Quien es esa otra persona que no es más la que era?

Cómo nos afecta social y afectivamente este transcurrir de horas y horas atrapados entre el virus y el fantasma del temor?

Cómo siquiera podemos pensar en volver, si a ese que está conmigo que dice ser yo, casi no lo reconozco?

Volver. Sólo Gabo puede volver a volver, nosotros tenemos mucho que hacer para no transformarnos en una escenografía berreta de cartón pintado.

Habrá que salir un día de éstos, pero no salir a las calles que fuimos perdiendo, sino salir de lo que fuimos para ser lo que podamos ser. O quizás, algo más.
Habrá que intentarlo, recuerden que lo extra ordinario pasa muy muy de vez en cuando.

Abrazo, de los posta
Gustavo Barbosa

fotografía: Bourdier





jueves, 19 de noviembre de 2020

50 presentes

 

















A finales del '69, principios del '70 vivíamos bajo un otro régimen militar, los adalides del deber ser como hay que ser, mantenían en aparente calma las cuestiones sociales y las miradas obedientes sobre los valores de la gente de bien.

A mis 15 años los fervores de la rebeldía encontraron el canal perfecto para desordenar los mandatos: la música. 
A la mirada de hoy resulta extraño, pero en aquellos años, era declaradamente contra cultural el asistir a recitales y seguir a las bandas tan reveladoras.

En esos días apareció una puerta a otras formas de entender el diario trajín: se publicó el primer Lp de Almendra.
Podría intentar describir el efecto oceánico que produzco en mi humanidad, casi a estrenar, pero no es ésa la intención.

Escuchando con suma atención el relato de Edelmiro, Rodolfo y Emilio (bajo la estela de Luis) y parafraseando a Fito Paez cuando en La Rueda Mágica dice:..."me fui de casa a tocar Rock & Roll y no volví nunca más"...me pregunto si este viaje que comenzó en aquellos años definió una manera de encarar la vida, no importa si hacés música o no.

Apostar a la creación, a la pasión, al devenir, a no perder la idea de la pregunta como motor esencial, a confiar en la providencia, a sostener la sonrisa, son algunas de las elecciones. Son postulados que llevamos a cuestas, en los talleres y en cada uno de los lugares donde ejercemos el ser.

Este texto no tiene una referencia nostálgica, sino por el contrario, intenta develar la perseverancia de algunas posiciones que casi sin querer, se han vuelto el alimento de cada día en este mundo.

"Como una flecha de diamante clavada en el corazón" dice Edelmiro. 
Como la conciencia de cuidarla cada día, digo yo.

Abrazo
Gustavo Barbosa

para mis compañeras y compañeros de ruta

fotografía: sin data



sábado, 7 de noviembre de 2020

ires y venires


 













Siempre me llamó la atención el fenómeno de la retracción de nuestras playas, del como de a poco las que eran anchas dejaron de serlo por más esfuerzos que se hicieron.

Alguna vez leí que las construcciones (horribles en general) que se hacen a la vera de las arenas impiden el libre juego del viento que las lleva y las trae. Lógica pura, pero claro, la fiebre inmobiliaria, una vez más, administra esa libertad y nos estropea todo.

Después de 5000 días de aislamiento, cada mañana me pregunto cuales será los efectos que nos quedan a cada una/o de nosotros.
Nadie siguió con su vida normal ( vaya adjetivo!!) entre el miedo, las calles alguna vez vacías, los permisos, las redes, los encuentros, las añoranzas, la vida y la muerte.

Ahora, después de imaginar un mundo nuevo, ante la vista de vacunas y remedios, parece que podemos volver: a donde?
Más allá de las realidades de cada una/o de nosotros, en el nudo de nuestra capacidad de sentir y elaborar eso que sentimos, como salimos de nuevo a las calles sociales?
Más allá de los reglamentos, que partes nuestras siguen funcionando con normalidad (otra vez) y que partes se cerraron?

Creo que a lo largo de la vida, los sentires van y vienen, van y vuelven, como las arenas, movidos por algún equivalente al viento que nos brinda el devenir.
Me pregunto si, más allá del espejismo de las redes y los zoomes, esa capacidad sigue en juego.

Quizás no sea la pregunta ideal para una mañana de sábado soleado, pero, inevitablemente recorre mis espacios.

Abrazo (de los posta)
Gustavo Barbosa

fotografía: Anne Barlinckho






 

miércoles, 28 de octubre de 2020

la FADU, un inexplicable lugar

 














40 años enseñando
40 años aprendiendo

Lo proyectual, el conocimiento, la pasión, las felicidades, la angustia, los nervios, la política, las y los maestros, las y los estudiantes, los pasillos, el patio, la bandera, la gente, la vida.

La tradición y el desvío.

Los que nos preceden y las nuevas generaciones corriendo los bordes, navegando el entre,  multiplicando hasta el infinito (de Monge y más allá) este océano vital hacia un futuro mejor. 

Es difícil explicar la FADU, su complejidad excede lo racional. Sería tan relativo como querer explicar la vida, solo hay que vivirla y si es con una sonrisa, mejor.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Luis Picarelli (el mejor)


                                                                                                                 


martes, 13 de octubre de 2020

hiper realidad ( dulces sueños...







































( con perdón de Baudrillard) 

Hasta antes de la pandemia, hasta antes del aislamiento, parecía ser muy clara la diferencia entre el sueño y el no sueño, entre el día y la noche, entre soñar y estar despierto, toda esta simpleza dicha en términos generales, sin entrar en detalles escabrosos.

Pero después de 5000 días de reclusión parece que las cosas no son tan claras ( si es que alguna vez lo fueron)

Tengo la sospecha de que hemos invertido los estados y estamos en un momento de extensa vigilia:

cuando estamos despiertos?
cuando estamos soñando?

Para sobrevivir a la soledad hemos sobreactuado la autosatisfacción comunicacional y el otro/a ha concretado el sueño del ser imaginario entre las redes que multiplican la confrontación de realidades.

En el día de las y los psicólogos les pregunto:

A ustedes también les pasa algo parecido?
Las sesiones de terapia serán una escena en un escenario de hiper realidad?

Les dejo la inquietud

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: GB

en 1995, cuando vi por primera vez el video de la versión de Marilyn Manson del tema de Eurythmics, me dio algo parecido al miedo, ahora entiendo porqué, jajaja




sábado, 3 de octubre de 2020

desde el balcón ( 230 sueños)





















Este relato es de un sueño que tuve y que por esas cosas de la red, derivó en una historia de arquitectura y de familia. Veremos como salgo airoso de esta tarea.

Como hay un sueño involucrado los tiempos están modificados y el presente se mezcla con el pasado con impertinencia, total que ésto no es un tratado científico ni nada que se le parezca.

La imagen que nos ilustra es la del edificio de la calle Rosario 230, allí en Caballito, justo frente al Parque Rivadavia. Este edificio fue proyectado y construido entre los años 55 al 57 por mi querido tío Víctor Costantini ( sí, sin N). Escudriñando pantallas, descubro, con entrañable afecto, que esta obra está catalogada por sus valores en el archivo de Obras de Arquitectura de "Moderna Buenos Aires" del Consejo Profesional, CPAU.

Hasta aquí la mirada de arquitecto. ( Vaamoo, tío!!)

La cuestión es que en ese edificio vivíamos casi toda la familia: abuelas, abuelos, madres, padres, hermanas, hermanos, primas, primos y la bella rubia del 5º, desparramados estratégicamente ocupando casi la totalidad de los departamentos en los diez pisos del edificio. Así, los palieres, las escaleras, el jardín del fondo, los balcones y...la terraza fueron escenario de todo tipo de aventuras infantiles para horror muchas veces del Encargado, el señor Don Víctor ( otro, no mi tío).

Dejo librado a tu imaginación, querida/o lector, el despliegue de imágenes y desacatos que encierra el párrafo anterior. La generación de primos lo sabemos bien (risas).

El viejo edificio nos cobijó por muchos años, y poco a poco todos nos fuimos yendo, algunas/os al cielo y los demás, a la vida.

Hasta aquí la mirada familiar.

En el sueño, objetivo de este escrito, yo duermo en mi cama (la de ahora) y empiezo a escuchar una voz muy conocida que habla desde el balcón de Rosario con gente que está enfrente, en el parque. Me asomo discretamente y para mi estupor veo que es Luis Alberto..., sí, Spinetta, guitarra en ristre !!!! Me digo: "dale levantáte nene, que es el Flaco". Atravieso espacios y tiempos y me sumo al susodicho balcón, Luis me mira con cierta sorpresa como advirtiendo, no molestes pibe! Las palabras se me complican pero alcanzo a esbozar: "Luis, te sigo desde siempre..." nada, poca bola. Insisto: " te ví con Almendra en el Embassy en el 68..." y agrego " y te sigo posta hasta hoy..." Allí logro que Luis baje la guitarra y me dedique una maravillosa sonrisa y un: " un abrazo, loco!! ahora quedate ahí a un costado que voy a tocar..." Ufff, en al parque hay cientos de personas y la música comienza a sonar...



Se mezclan las imágenes y se mezcla el tiempo, pero se sostiene la emoción, que de eso se trata este relato.

Un abrazo
Gustavo Barbosa

para mi familia, los habitantes de Rosario 230 ( el Flaco incluido, claro)


miércoles, 30 de septiembre de 2020

maestro







Como un ariete inteligente, el maestro Quino hizo hablar al grafito y a la tinta como pocos.

Nos enseñó a enfrentar el autoritarismo y a las miserias humanas con su mirada tierna, aguda y descarnada a la vez. Él y otros grandes, hicieron del humor gráfico un refugio que nos puso a salvaguarda en los momentos más oscuros y eso los convierte en una especie de pariente contenedor que siempre está.

Las y los dibujantes e ilustradores son un fenómeno muy especial en nuestro país, son el espejo indispensable en los que por momentos es difícil mirarnos pero que si lo logramos, sin duda nos hacen mejores personas.

Vaya este pequeño homenaje desde este lugar de grafito y tinta para este grande que hoy se fue para otros pagos.

Un abrazo maestro Quino

Gustavo Barbosa




martes, 22 de septiembre de 2020

imagen & imaginario

 















Que sorprendente es la vida en este mundo!

Después de tan magna declaración podría silenciarme pero no, no lo hago. Bastante con este tiempo de silencio social, solo atenuado por la versión degradada que nos aportan el zoom y aledaños, que nos permite pensar, pensarnos, una y otra vez.

Hace no mucho tiempo, las familias llamaban a un fotógrafo para registrar un momento, unas vacaciones, un evento. Claro, muy pocos accedían a una cámara y mucho menos a saber que hacer con ella. Esas imágenes eran muy preparadas con la ropa adecuada, el peinado adecuado y con la responsabilidad de mostrar enormes dosis de felicidad.

Esas imágenes eran ventanas a aquellos presentes que rápidamente dejaron de serlo. Tienen mucha información si nos tomamos el tiempo para mirar con sumo cuidado: cómo se sentían? cómo estaban ese día? que humor circulaba en ese momento?

No tenemos un informe de aquellos anónimos fotógrafos, no sabemos nada, sólo esas imágenes de gentes queridas, algunas ya distantes. Entonces ocurren algunos milagros sorprendentes: esas imágenes reales se transforman delante de nuestros ojos en algo imaginario y se nos abren de par en par. Sin miedo nos dejan entrar y ser parte.

Es hermoso ese momento. Es especial y delicado. Y me surgen 5237 preguntas: estaba ahí, estaban aquí, estoy allí? Y tantas otras.

Lo real se vuelve imaginario y lo imaginario se vuelve real. En un instante.

Así transcurre esta vida, consistente.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Anka Zhuravleva




lunes, 7 de septiembre de 2020

des igual






































Cómo decía aquel tango: "que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé..."

Cada época tuvo su ranking del imbécil, del genio, del miserable, del solidario, del repulsivo, del atractivo, del tantas cosas más.
La condición humana es lábil, inestable y muchas veces de una fragilidad tremenda, pero, seguimos, cada vez peor, cada vez mejor, quien podrá saber?

No creo que seamos privilegiados en estos momentos, no vamos primeros en la acumulación de salames, no. Seguramente el tema es que ahora nos enteramos más rápido y éso te hace pelota las neuronas.

La pandemia pone sobre el tapete una importante cantidad de miserias humanas y hay días en los que cuesta creer la interminable habilidad para lograr ser el más hijo de puta (perdón, no encuentro un calificativo más claro, sabrán disculpar) en todo el mundo. 
Claro con los de acá podemos estar más que satisfechos, tenemos para regodearnos.

Los contrastes se hacen cada vez más obscenos, las desigualdades nos explotan en la cara y sabés que? Duelen.
Y hay días en los que duelen más.

La ignorancia se lleva todo puesto, no nos dejemos atravesar. No te digo que te inmoles ni mucho menos, solo pensemos dos veces antes de apagar la luz. 
Todavía hay cosas para hacer.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Aitor Lara

sábado, 29 de agosto de 2020

el zoom me da frío


























Ya lo puedo asegurar con certeza:
Las clases virtuales me dan frío

De refugio a refugio
De casa a casa
De aquí y de allá en los bordes de los vínculos
Las clases por zoom me dan frío

Transitamos buena parte del año en aislamiento
y buena parte de estos escritos intentan registrar y reflexionar sobre esta extra ordinaria situación

Que significa enseñar?
Que significa enseñar hoy situados en esta circunstancia?

Enseñar es mucho más que volcar conocimientos en un otro.

Nuestras carreras bordean un amplio espectro de conocimientos desde lo técnico hasta lo artístico. Todo motorizado por el Proyecto y sus infinitos vericuetos.
El Proyecto pone en marcha todos nuestras formas de pensamiento y todas nuestras posibilidades de vincular ideas.
El Proyecto transforma y nos transforma.

Hay mucho de pasión en estos caminos.

Las hoy inevitables clases virtuales están inmersas en pasiones despojadas, carentes de toda tibieza. De ahí el frío.
Y no es la condición climática per se, es mucho más.

Ya volverán las risas a los talleres sin duda, pero seremos otros.
Hay tanto por aprender!!

Abrazo
Gustavo Barbosa 

fotografía: Bogdan Serban

1969 "Gobierno" del dictador Onganía. Almendra publica este simple y nos entibia el cuerpo para siempre.


domingo, 23 de agosto de 2020

gente



Cuantas maneras hay de percibir esta realidad que nos convoca y nos provoca?

Cómo todo lo que tenga que ver con lo perceptivo, todos nuestros filtros tamizan los estímulos, ahora de una manera descarnada, o sea, sin carne, si me permiten la salvaje imagen.
Habrá muchas combinaciones entre familia, pareja, amiga/os, mascotas, o soledades estoicas. La cuestión es que esta vida pandemiada nos condiciona el encuentro.
Por momentos siento que nuestra piel adoptó la textura de un tapabocas permanente.

Será que poco a poco nos vamos volviendo pantallas absolutamente dependientes de la banda ancha, de la computadora y de los programas de encuentros sincrónicos?

Donde quedaron los olores?
Donde quedó la tibieza de los cuerpos?
Donde quedó la sensación del otro?

Parece haberse instalado una otra manera de percibir y percibirnos.
Los otros están allá y nosotros estamos acá, con el fusible del tacto visiblemente quemado.
Es dable suponer que los sentidos de siempre ya no funcionan de la manera acostumbrada.

Se escuchan algunas voces vociferantes
Se escuchan voces solidarias
Se escuchan voces estupidizantes
Se escuchan voces amorosas

Con cual te quedás?

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: lysann

sábado, 8 de agosto de 2020

equilibrio



La ambición desmadrada trae la mezquindad
La mezquindad trae la insolidaridad
La insolidaridad trae la miseria
La miseria trae la mal llamada inseguridad
La inseguridad trae el miedo
El miedo trae el encierro, pero no el que provoca el virus, uno mucho peor
El encierro des afectivo para con la otredad

El círculo se espirala y a borbotones

No quiero entrar en ese juego,
tenemos que buscar algún equilibrio,
como el que nos enseña la tierra en movimiento.
sutil, elegante y amoroso.

Abrazo
Gustavo Barbosa

 fotografía: Rvshaniya

domingo, 19 de julio de 2020

lo que sabemos



























El mundo nos está imponiendo de prepo una cuestión:

Como se sigue viviendo?

En estos días distorsionados, de afectos interruptus, de pantallas sobreactuadas, de odios virales muchísimo más peligrosos que el COVID 19 mil millón, se necesita desparramar calma. En todos lados, en todas partes, a cada rato.
Hay que silenciar la miseria, las miserias y la miserabilidad.

Hay que pensar:

qué sé hacer?
qué sabemos hacer?

Si sabemos algo, ese algo hay que hacerlo.
Si podemos silenciar la máquina de odiar, hay que hacerlo.
Si guardamos una pizca de afecto en cualquier lugar de nuestra humanidad, hay que sacarlo afuera, como decía una vieja canción.
Hay que hacerse fuerte, hay que mirar y mirarse y mirarnos.

Tenemos que ahondar en lo que sabemos (porque sabemos) y no perder más tiempo en las voces horribles de las huestes del desafecto.
Lo que sabemos nos pertenece y por eso se puede compartir sin miedo. 
No se rompe.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Gérard Ranciman


sábado, 4 de julio de 2020

respirar


























Hay una cosa que estoy sintiendo en estos días, cada vez más fuerte y quizás coincidamos:

la piel, ese órgano que nos reviste, está más finita? o los poros se han salido de calibre?

Las cosas que antes rozaban, ahora tocan
Las cosas que antes tocaban, ahora golpean
Las cosas que antes golpeaban, ahora sacuden
Y es así, si querés escucharlo,
y es así, si querés sentirlo.

Estos días nos enfrentan a nosotros, así, sin anestesia, nos paran frente a un gran espejo y a  atajarse: Que ves? Te gusta? 
No queda otra, un simple virus nos desnudó, nos arrancó la ropa y nos dejó en piel.
Las otras y los otros, nos ven de la piel para afuera, pero vos y yo, nos vemos de la piel para adentro y éso es único. 

Esta realidad que estamos viviendo puede sonar hipotérmica pero creo que nos abre a una hiperrealidad hacia nuestro interior que no podemos dejar pasar.

Después vendrá la normalidad, cualquiera que sea, después vendrá el ruido, el barullo y no habrá tiempo que perder, así que ahora, ahora ya, respiremos profundo, que el aire te entre por los poros y haga un buen lío en ese interior tantas veces silenciado.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: desconocido

domingo, 28 de junio de 2020

a sombra r

No hay ninguna descripción de la foto disponible.


Esta publicación de Monstriña, me hizo pensar y nada me gusta más que algo o alguien me haga pensar, sobretodo en estos días de onanismo social.

Dejando atrás la obvia figura de Peter Pan y su sombra perdida, las sombras vienen de fábrica con cada uno de nosotros. Más ecuatoriana o más polar, la cosa es que portamos sombra sin necesidad de permiso o salvaguarda alguna.

La sombra es luz dependiente.Sin luz no hay sombra y si no hay sombra, será que no hay luz?
Es un fenómeno unívoco. Y ni hablar del color, que me toca el hombro pidiendo pista.

La sombra conlleva el estigma de la oscuridad y el correspondiente temor. Eso está enquistado en nuestra cultura occidental, pero, es así?

La palabra asombrar, por ejemplo, que nos dice en este momento donde la palabra asintomático está en boga?
Asintomático es esa cualidad de no tener síntomas.
Asombrar es la acción de no generar sombras? El diccionario, en una acepción, dice que es lo contrario.
El asombro, esa cualidad que nos permite desarrollar la capacidad de captar lo extraordinario, incluye la luz y la sombra?
La vida sería muy aburrida si no cultiváramos el asombro, que no debiera ser solo una cualidad de la niñez, todos nos merecemos una vida de asombros cotidianos.

Somos luz y somos sombra, somos dioses y somos demonios, si no me crees corré al espejo y después me contás.
Monstriña tiene sombras a todo color, por casa como andamos?

Abrazo 
Gustavo Barbosa

ilustración: María Verónica Ramírez ( genia amiga)

sábado, 20 de junio de 2020

padre del día






































Cuantos padres tenemos?

Te dejo la inquietud, querida/o lector.
El que tenemos?
El que tuvimos?
El que creímos tener?

La vida te va enseñando y uno va aprendiendo ( y como cuesta) que esas personas que llamamos padre y madre,son personas. Con todo lo que eso implica.
Detesto las edulcorantes imágenes provocadas por los días "de" que enaltecen burdamente las acciones que hacen los padres, como si fueran próceres.
Prefiero y elijo pensarlos como personas. Esa persona.

No te gusta el padre que te tocó o elegiste? 

Revolvé y revolvé, algo de esa persona debe ser admirable.
Lo que te dió, lo que no te dió.
Lo que quedó entre líneas, lo que no se dijo.
Y si no encontrás nada, buscate un padre sustituto. La vida te los pone adelante, pero no es fácil verlos.

Enseñar, en mi caso, tiene mucho de paternizar.
De mostrarse y provocar, de decir y volver a decir, de dejarte una célula de afecto metida en la piel para que un día estalle y te saque una sonrisa. Con éso ya soy feliz.

A pesar de mi resistencia, pienso en mi padre obedientemente y digo:
que llevo de él con orgullo y placer?

Y digo, sin hesitar, el amor por la música. Y listo, con éso me arreglo.
Creo que ni él logró dimensionar la herencia que inoculó. 

Pienso en él y en los personajes que adopté a lo largo de la vida y lo pienso en estos días de ciertas soledades y de recoletos momentos.
Todo es raro en este tiempo, todo es raro y bello, si aprendemos a mirar.

Abrazo
Gustavo Barbosa

para Walter, el de la foto, mi viejo,
para tanta/os músicos que amo,
y para mis hijos, claro está

jueves, 18 de junio de 2020

haciendo trámites






































La vida es un mecanismo perfecto que empieza y termina cuando se le da la gana.
No me vengan con multifacéticas miradas religiosas o con soberbios pensamientos de "estamos buscando el varoncito". 
La vida empieza cuando quiere y mucho más, termina cuando se le canta y en el segundo exacto.
La vida empieza y termina entre grande misterios: que hay del otro lado? cual es el otro lado? que hay antes y después? empieza y termina?

Estos meses de un constante ejercicio de "cuantos muertos hubo hoy?" nos lleva a un punto de inevitable confraternización con la idea de la finitud. 
En estados normales... ( jajajajajaja)... no pensamos todo el día en la muerte, solo cuando algún acontecimiento se impone o cuando nos morimos, pero éso ya es otra cuestión.

Ahora, entre angustias, miedos y fastidios, estamos viviendo a medias, mirando de reojo si el virus nos palmeó la espalda como en la mancha venenosa y corremos y corremos y corremos...adonde?

No sé! Vos sabés?
Tampoco, no?

Por todo lo dicho creo que la cuestión es tomarse en serio ésto de vivir y tomarse la vida en el vaso que quieras pero tomarla sin vueltas. No vaya a ser que te agarren el día que te toca hacer los trámites y el check-in para irte del otro lado y te digan: persona humana, te faltó vivir todo ésto!!


Mientras pensás, te abrazo
Gustavo Barbosa

para el gran Horacio, que se vivió todo

fotografía: Anka Zhuravleva