miércoles, 28 de febrero de 2018

niños


























La imágenes que llegan de Siria son un espejo donde es muy difícil mirarse.
Son crueles y despiadadas, como esa realidad que parece tan ajena.
Aquí, a una distancia antiséptica, discutimos sobre el aborto, sobre la vida, sobre la violencia, mientras estos niños son arrancados de su inocencia sin atenuante alguno.

Nosotros que enseñamos a transformar el mundo, nosotros que pensamos en otras realidades posibles, nosotros que elegimos sanar nuestros contextos, redoblemos la apuesta, queda mucho por hacer.

Abrazo
Gustavo Barbosa

jueves, 15 de febrero de 2018

un lugar a tiempo






































Hoy me preguntaba que pasa cuando un lugar adopta las unidades del tiempo.

El tiempo, esa dimensión que no manejamos en absoluto. Pasado presente futuro pasado presente futuro...que significan? Nada.

Un lugar parece ser manejable, alto, ancho, largo, lo de siempre, lo habitual.
Pero, cuando el tiempo irrumpe en lo dimensionable, ocurren cosas sorprendentes, notables, mágicas.
Se comprime la cronología, se deforma el metro patrón, se esconden los escalímetros, en fin, una pléyade de imágenes sometidas a tensiones que no hacen otra cosa que dibujarnos una sonrisa, de tan inmanejable que se vuelve el universo.

Veinte, treinta años, se comprimen a segundos, ayer, hoy, ahora, todo se conjuga en una única unidad, la tuya, la que vos podés manejar, la que vos querés disfrutar.

Podría haber dicho un tiempo en un lugar, que importancia tendría?

Abrí los poros ahora, querido lector, ahora ya, que quizás en los años no sea lo mismo!
( quizás sea mejor)

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Marillina B

lunes, 12 de febrero de 2018

na na na






































El lenguaje sufre del mal del latiguillo, un endemoniado agente perturbador.
Innumerables ejemplos han poblado los decires de todos nosotros conscientes o no, contaminados o no.
Algunos que recuerdo ahora..."estaría siendo", un simpático juego conjugatorio, " ponele", un portal a un mundo de suposiciones, "a ver", el insoportable preámbulo a una ampulosa disertación y varios más que se me escapan en este instante.
En general suelen rellenar espacios vacíos de un discurso, a la manera de un salvataje sintáctico de neutralidad formal.

Apelando a la ironía, a la soberbia, a la sorpresa o a lo que fuera, los latiguillos son elementos disruptivos en el hilván gramatical o si queremos, un instante de disimulado desasosiego compositivo.

Ahora bien, en los últimos tiempos, he notado un nuevo avance de las huestes latiguilleras, el: "na,na, na". Un barullo a caballo de cualquier frase que intenta abreviar lo que damos por sentado: todoéstoquetedigonoimportaenabsolutoasíqueabreviemos

Quizás estemos en los umbrales de un nuevo lenguaje, casi intangible?

Pienso en las próximas charlas teóricas, serán un cúmulo de nananaes?

En la era de la inmediatez las mutaciones están a la orden del día, así vamos sintetizando todo lo que se nos cruza, un día nos volveremos canción, como decía el Flaco.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Jean Paul Bourdier