domingo, 29 de mayo de 2016

proyecciones ciíndricas






































El infinito 
Un concepto aterrador por su imposibilidad racional en términos espaciales. El lugar más allá del fin, casi un juego que nos legaron los matemáticos del siglo XIX.
Sin embargo hablamos sin temor de la mirada desde el infinito, de un observador en el infinito. La pregunta se inmiscuye sin demasiado remilgo: 

¿Porqué el infinito observador nos da infinitas certezas?

Me divierte pensar en estos términos las acciones de inmaculada claridad que se desprenden de estos conceptos.

Que sentido tiene confiar en la mirada de un observador con el que ningún diálogo es posible,  tan solo el poder de su mirada ecuménica?

Las formas en las que vivimos por ejemplo, han sido obedientes a estos preceptos, la plomada y la escuadra han dominado la escena arquitectónica que nos cobija desde tiempos inmemorables. Nuestras humanidades particulares se han adaptado a estos espacios ortogonalizados por la gravedad, Monge y sus secuaces.
Sin embargo los objetos al alcance de nuestras manos parecen haberse rebelado a tamaña cuadratura, para languidecer en curvas y contracurvas que provocan sensualidades de infinitas (valga la consonancia) consecuencias.

Nuestros procesos idearios, nuestras maneras de imaginar, nuestras maneras de crear, nuestras maneras de desplegar afectos por lo que hacemos, están muy poco alineados por estas ciertas rigideces matemáticas, por el contrario son tan impredecibles como un sentimiento, ése que por momentos nos nubla la razón, para alegría de los dioses, que quizás se permitan algún que otro juego con nuestro solitario y lejano observador.

Los caminos de la disciplina, de las disciplinas pueden ser transitados con nuestra mirada trascendente, casi diría como un algo indispensable y fundante de nuestra impronta en el mundo. Acá en lo finito, en lo que está al alcance de nuestras manos y quizás, al alcance de nuestros sueños, con una mirada afectuosa al solitario señor que nos mira desde sus certezas, por momentos, tan desoladas.

Abrazo en este domingo, que de tan gris, bien puede ser luminoso, acá y en el infinito
Gustavo Barbosa

fotografía: Oleg Oprisco




jueves, 26 de mayo de 2016

lenguajes






































Probablemente existan mundos paralelos de los que no tenemos la más mínima consciencia hasta que esos mundos se nos aparecen y nos interpelan sin tapujos.

Desde lo profesional podría invocar ese momento tan temido de la primera obra. 
Como todo lo que ocurre por primera vez los primeros días en una primera obra pueden ser transitados con un grado de inconsciencia atroz o bien pueden hacer transpirar la gota gorda al sentirnos como sapo de otro pozo.

Como turistas en la Mongolia septentrional, las primeras dificultades aparecen cuando nos damos cuenta (tarde) que nuestro delicado calzado no ha sido diseñado para ser sumergido en la mezcla que yace invisible a nuestros ojos inexpertos. Intentar disimular la torpeza no aliviará nuestra sensación de salamidad instantánea. Acto seguido y, embarullados por lo ya descripto, bien puede una tanza visiblemente protagónica, convertirse en una trampa mortal como las del coyote y el correcaminos, mientras arrastramos y destruimos sin piedad el trabajo de replanteo que llevó un buen rato determinar.

Todas estas experiencias con el gremio de mayor presencia en una obra en esta parte del globo, los entrañables albañiles, suman un misterioso choque de culturas cuando todo el archivo nominativo que orgullosamente llevamos en nuestra mochila, adquiere la categoría de francamente inútil ante el lenguaje que circula entre los que meten mano. Todo resulta distinto y, decididamente, incomprensible.

Cuando el mortero de cal hidráulica pasa a ser el pastón
Cuando el cemento pasa a ser el porlan
Cuando una estufa de tiro balanceado pasa a ser de estilo balanceado
Cuando la madera de viraró pasa a ser de vilaró (no hay información fehaciente si remite a Paéz Vilaró)
Cuando el sospechoso bow-window pasa a ser un simpático borgüindor
Cuando el anchor y el altor suplantan al ancho y a la altura (paradójicamente ambos aceptados por la RAE)
Cuando la obra se muda del country al cantrin

Y tantos ejemplos más que en este momento se me escabullen 

La obra tiene estos encantos que nos lleva años aprender y disfrutar completando nuestra disciplina, casi como una llave de esencial conocimiento.
La sabiduría de los que hacen se merecen nuestro respeto y eterno agradecimiento porque sin ellos tan solo seríamos unos buenos dibujantes.

Abrazo
Gustavo Barbosa

para mis queridos albañiles 

fotografía: Sir Alfred



miércoles, 25 de mayo de 2016

un día de mayo



Desde este lugar que nos toca,
desde el más reivindicado sentido de pertenencia,
desde cada día en nuestros talleres,
con cada uno de ustedes,
con el convencimiento de lo que hacemos
y con la intuición de lo que vendrá,
con conciencia del momento que nos toca, 
desde nuestro querido Dibujo,
festejemos el día de nuestro lugar,
Argentina!

Abrazo amigos
Gustavo Barbosa

Orquesta Filarmónica de Praga junto al Estudio Coral de Buenos Aires
Arreglos: Luis Corallini


viernes, 20 de mayo de 2016

números

































La educación universitaria pública está siendo sumergida en mares de números en estos tiempos de conflicto. Un tamiz que es parte de la cuestión, pero no configura un absoluto, so pena de sostener ingenuamente, un discurso de probable ignorancia.

Los números miden cosas, estadísticas, eficiencias y demás yerbas con su probada y fría objetividad.

Los números son inútiles frente a otras intangibles mediciones. Los que estamos en los umbrales de la vida universitaria pública y gratuita, solemos ser testigos de algunos procesos de transformación admirables, destacables y, por sobre todo, emocionantes.
Estos primeros tiempos de vida en la Universidad tienen diversos derroteros, desde el apasionamiento instantáneo, hasta el inconducente desánimo, obvio alumbramiento que produce la masividad de nuestra facultad, entre otras.

La movilidad social y la gratuidad de nuestra Universidad Pública, permiten el arribo al estatus de aspirantes a estudiante, a muchos que jamás podrían hacerlo si tuvieran el escollo del arancelamiento por delante.

Estos procesos transformatorios son difíciles de evaluar en términos convencionales, no tienen protocolos de investigación ajustados, ni son compatibles con las estadísticas. Suelen tener formas de sonrisas, alegrías y asombro ante el auto descubrimiento del poder de la imaginación. Ésto llena de esperanza al que transita la experiencia y por sobre todo, le da esperanza a la sociedad que se reconstruye con cada uno de ellos. Quizás no se reciban, quizás lo hagan en interminables tiempos o quizás sí lo hagan pero lo que sí puedo asegurar es que cada día que se enfrenten con el espejo se verán mejores, se verán cómplices con la felicidad, se verán... que no es poco.

Quien se anima a ponerle números (precio) a esta sutil maravilla?

Esta felicidad se descubre y se construye, no se impone.

Con gran afecto, para ustedes mis queridos
Gustavo Barbosa

Gracias Luis

domingo, 8 de mayo de 2016

clase b






































Ciertas huestes sociales emergen de sus condominios de imaginaria seguridad cuando la circunstancia sopla en dirección a la exacerbada individualidad.
Esa clase auto enguetada en paraísos de belleza artificiosa, se retroalimenta en base a las infinitas escenografías que los preservan de los distintos.
Enquistados en la insaciable envidia a pertenecer a las altas clases dominantes, construyen círculos de espanto donde la solidaridad social parece ser un estigma innecesario.
Esclavizados por el terror a dejar de pertenecer a lo que no pertenecen, ni nunca lo harán, invisibilizan todo grupo social que esté por debajo de la línea de flotación digna. El problema no es el de querer "pro gresar", el problema es hacerlo pisoteando al que molesta con su escasez (tan cercana) constituyéndose en una amenaza viviente.

Nuestras disciplinas suelen alimentar a estas malformaciones sociales con objetos y espacios de dudosa calaña, en general ligados a modas efímeras  y a estados de despojado sentido. Nuestra responsabilidad será la de operar sin desnaturalizar nuestra mirada crítica permanente.

En nuestros escenarios de constante deficit es indispensable no perder de vista la mirada ecuménica sobre la sociedad y no entender que se es clase b por rendir una triste pleitesía a la maquinaria del poder.

Abrazo combativo
Gustavo Barbosa 

fotografía: Benoit Courti



jueves, 5 de mayo de 2016

de pie






























Nos encontrarán de pie,
en cada taller
en cada aula
en cada pasillo
en cada tarima
defendiendo nuestro derecho a aprender
y a enseñar

Como leí por ahí,
los gobiernos pasan,
las Universidades quedan
porque son de todos nosotros, tuya y mía, querido lector,
de la gente y no de un grupo económico

Por la memoria de los que nos precedieron
por los que somos
por lo que vendrán
aquí nos encontrarán 
hasta el último día
de pie y respirando
porque somos la Fadu
porque somos la Universidad

abrazo 
Gustavo Barbosa

imagen: Marcelo Leybovich


http://ubadepie.com.ar/defendamoslauniversidad/