Los niños
son reflejos, imágenes y visiones.
Traen las
voces del futuro y del tiempo, quizás ya sepan de lo por venir.
Quizás todos
lo sepamos en el tiempo que nos toca, el nuestro.
Desde la
cuna hasta la tumba tenemos la posibilidad de observar los hechos tangibles y
los que no los son, mientras estamos siendo, mientras somos.
Siempre
hijos, a veces madres/padres, nos vamos entrelazando con las generaciones,
y en este
juego, que no es otra cosa que la vida, podemos apropiarnos del tiempo.
Los niños
hablan de los padres, dicen con elocuencia, mucho más que las palabras.
Mientras son, reflejan lo que somos y cuando crecen, son reflejados desde nuestro
lugar.
Así, en este
complejo universo de imágenes, vamos entrelazando historias.
Merece
respeto el cuidado de esas historias, las de nuestros predecesores y las de los
que nos siguen, los niños, esos pequeños engendros.
En algún momento podemos
entender nuestra posibilidad de hilvanar esos tiempos, pero probablemente sean fugaces instantes, para los que debemos dedicar nuestra mejor atención.
Abrazo
Gustavo Barbosa
En una semana repleta de entrelazamientos, vayan estas palabras para los hijos y los padres de personas a las que quiero incondicionalmente
dibujo: " Vida interior" de Ignacio Carbonari