Cuantos sentidos posibles tiene el ser docente?
La docencia universitaria en particular, permite una multiplicidad de miradas y búsquedas de sentido. En si, la esencia de la Universidad.
La docencia en nuestra facultad de diseño, en su condición de masiva, abre infinitas posibilidades a esta acción. Cual sería el sentido entonces, de no considerar la cuestión subjetiva como un aporte a nuevas formas de este juego de enseñar-aprender?
El artista y educador Johannes Itten, responsable del curso preliminar de la Bauhaus, implantado en octubre de 1919, decía: " cada estudiante está cargado con una elevada dosis de entrenamiento, que debe rechazar para llegar a la experiencia y al propio conocimiento ", y se apoyaba en la frase del filósofo taoísta Chuang Tsu, que decía: " se debería cuidar todo aquello que está en uno mismo, y poner coto a todo lo que sea externo, ya que mucho conocimiento es una maldición ".
Adherimos al minucioso cuidado de estas cosmogonías personales, en cada estudiante.
No siempre evidentes, no siempre conscientes.
La labor del docente entonces, se vuelve sutil. Casi invisible.
Requiere de algo que no siempre se considera pertinente, la condición afectiva.
Una condición que trae aparejada la confianza y permite la libertad en la búsqueda personal.
Para que?
Para invocar al universo de la creación que se manifiesta de miles de maneras, ante semejante proceso. Nuestras profesiones son de un carácter reparador, pero lo notable es darse cuenta que los que son mágicamente reparados y potenciados, somos nosotros mismos.
Ver crecer a un otro es la esencia. Y aprender de ello, nuestra tarea.
Gustavo Barbosa
para todos los docentes que admiro porque trabajan en estas dimensiones y saben como iluminarnos
fotografía: Luis Pica Picarelli