Lo proyectual, el conocimiento, la pasión, las felicidades, la angustia, los nervios, la política, las y los maestros, las y los estudiantes, los pasillos, el patio, la bandera, la gente, la vida.
La tradición y el desvío.
Los que nos preceden y las nuevas generaciones corriendo los bordes, navegando el entre, multiplicando hasta el infinito (de Monge y más allá) este océano vital hacia un futuro mejor.
Es difícil explicar la FADU, su complejidad excede lo racional. Sería tan relativo como querer explicar la vida, solo hay que vivirla y si es con una sonrisa, mejor.
Hasta antes de la pandemia, hasta antes del aislamiento, parecía ser muy clara la diferencia entre el sueño y el no sueño, entre el día y la noche, entre soñar y estar despierto, toda esta simpleza dicha en términos generales, sin entrar en detalles escabrosos.
Pero después de 5000 días de reclusión parece que las cosas no son tan claras ( si es que alguna vez lo fueron)
Tengo la sospecha de que hemos invertido los estados y estamos en un momento de extensa vigilia:
cuando estamos despiertos?
cuando estamos soñando?
Para sobrevivir a la soledad hemos sobreactuado la autosatisfacción comunicacional y el otro/a ha concretado el sueño del ser imaginario entre las redes que multiplican la confrontación de realidades.
En el día de las y los psicólogos les pregunto:
A ustedes también les pasa algo parecido?
Las sesiones de terapia serán una escena en un escenario de hiper realidad?
Les dejo la inquietud
Abrazo
Gustavo Barbosa
fotografía: GB
en 1995, cuando vi por primera vez el video de la versión de Marilyn Manson del tema de Eurythmics, me dio algo parecido al miedo, ahora entiendo porqué, jajaja
Este relato es de un sueño que tuve y que por esas cosas de la red, derivó en una historia de arquitectura y de familia. Veremos como salgo airoso de esta tarea.
Como hay un sueño involucrado los tiempos están modificados y el presente se mezcla con el pasado con impertinencia, total que ésto no es un tratado científico ni nada que se le parezca.
La imagen que nos ilustra es la del edificio de la calle Rosario 230, allí en Caballito, justo frente al Parque Rivadavia. Este edificio fue proyectado y construido entre los años 55 al 57 por mi querido tío Víctor Costantini ( sí, sin N). Escudriñando pantallas, descubro, con entrañable afecto, que esta obra está catalogada por sus valores en el archivo de Obras de Arquitectura de "Moderna Buenos Aires" del Consejo Profesional, CPAU.
Hasta aquí la mirada de arquitecto. ( Vaamoo, tío!!)
La cuestión es que en ese edificio vivíamos casi toda la familia: abuelas, abuelos, madres, padres, hermanas, hermanos, primas, primos y la bella rubia del 5º, desparramados estratégicamente ocupando casi la totalidad de los departamentos en los diez pisos del edificio. Así, los palieres, las escaleras, el jardín del fondo, los balcones y...la terraza fueron escenario de todo tipo de aventuras infantiles para horror muchas veces del Encargado, el señor Don Víctor ( otro, no mi tío).
Dejo librado a tu imaginación, querida/o lector, el despliegue de imágenes y desacatos que encierra el párrafo anterior. La generación de primos lo sabemos bien (risas).
El viejo edificio nos cobijó por muchos años, y poco a poco todos nos fuimos yendo, algunas/os al cielo y los demás, a la vida.
Hasta aquí la mirada familiar.
En el sueño, objetivo de este escrito, yo duermo en mi cama (la de ahora) y empiezo a escuchar una voz muy conocida que habla desde el balcón de Rosario con gente que está enfrente, en el parque. Me asomo discretamente y para mi estupor veo que es Luis Alberto..., sí, Spinetta, guitarra en ristre !!!! Me digo: "dale levantáte nene, que es el Flaco". Atravieso espacios y tiempos y me sumo al susodicho balcón, Luis me mira con cierta sorpresa como advirtiendo, no molestes pibe! Las palabras se me complican pero alcanzo a esbozar: "Luis, te sigo desde siempre..." nada, poca bola. Insisto: " te ví con Almendra en el Embassy en el 68..." y agrego " y te sigo posta hasta hoy..." Allí logro que Luis baje la guitarra y me dedique una maravillosa sonrisa y un: " un abrazo, loco!! ahora quedate ahí a un costado que voy a tocar..." Ufff, en al parque hay cientos de personas y la música comienza a sonar...
Se mezclan las imágenes y se mezcla el tiempo, pero se sostiene la emoción, que de eso se trata este relato.
Un abrazo
Gustavo Barbosa
para mi familia, los habitantes de Rosario 230 ( el Flaco incluido, claro)