Desde los recovecos de la memoria, desde los pliegues de ser niños, desde esos lugares indelebles que un día se te aparecen sobreimprimiendo lo cotidiano, se va pasando la vida, cada vez mejor La noticia del desmantelamiento del Zoo se introduce como una cuña entre hoy ayer. La fantasía y la realidad en un crítica conjunción Desde los libros de Salgari, pasando por Tarzán, Jim de la Selva, las viejas series, la mano de mi abuelo, la bolsita de maní para darle de comer a quien quisiera, los edificios con aires llenos de África, los olores, los sonidos y más, todo era una gran película sobre la piel. Someter a los pobres animales a semejante disparate orilla el borde de la miseria de nuestra humanidad y la cuestión debe ser redimida. Que será de estos pobres seres ahora? Quien les devuelve sus sueños de libertad? La libertad, algo tan simple y tan indispensable. La libertad que nos permite deambular por los confines de nuestra imaginación Cuidala, querido lector, es tuya, aún a costa de vos mismo. Abrazo Gustavo Barbosa para los espíritus libres
Ayer mientras esperaba que me atendieran en una carnicería, mientras el señor carnicero desplegaba sus talentos con meticulosidad quirúrgica, a la vez mantenía el siguiente diálogo con el ocasional cliente: ..."que frío que está haciendo!, este otoño es muy frío, que nos queda para el invierno!...", ..." hay que pasar el invierno!..." contestó indiferente el cliente, y yo sonreí más indiferente aún. Cuantas veces por día se repetirá este devaneo meteorológico pletórico de palabras vacías? La misma escena podría transcurrir en primavera o en verano y solo deberíamos intercambiar frío x calor, o lluvia x sequía, o humedad x no humedad. Charlas de ocasión, charlas de ascensor, charlas de sala de espera, o de cola de cajeros, o de trámites o de espacios sonoros vacíos. Charlas que se configuran como antídotos a soledades instaladas, o charlas de amabilidades insípidas, diría, innecesarias. Cuanto tiempo de nuestra vida malgastamos en estas habladurías desprovistas de sentido, salvo que seamos los que reportamos el tiempo en la TV? Forman parte de los paisajes sociales y se repiten inalterables a través de la vida. Más de una vez me sorprendo transitándolas sin emoción alguna, casi como un deber cívico. Que sentido tendrá esta dudosa delicadeza comunicacional? Cuanto de ésto pasará en nuestro ideario proyectual? Haremos afirmaciones proyectuales que no dicen nada? No lo sé, mientras tanto afirmo sin dudar un ápice que: lo que mata es la humedad! Abrazo amigos Gustavo Barbosa fotografía: Kim Landgraf
Será por algo Vuelvo a los vínculos, a los reales o a los imaginarios, y digo imaginarios porque no tienen presencia física pero navegan en las aguas de la memoria. Los vínculos con los que se fueron son anamórficos. Los reconstruimos una y otra vez en la esperanza de volver a ellos,con la constancia de los amores eternos. La forma de esos amores cambia de color según la ocasión, como decía una vieja canción, se modifica y se las ingenia para volver y abrazarnos con especial consistencia. Las huellas de estos amores iniciales marcan nuestra existencia, mucho más allá de los actores, mucho más allá de intenciones, actos o perseverancias. Nos conducen hasta nuestro momento de ser y estar. Son y lo hacen notar. Nuestro derrotero por la vida los lleva a cuestas, a veces invisibles y otras veces con protagonismos sorprendentes. Cuando los poros de nuestra piel se agrandan al infinito, nuestra emoción adquiere formas que nos vienen al encuentro. El presente se conjuga con el pasado y la fiesta se conjura. Ésto es lo que somos y con ésto somos, en cada cosa que hacemos, con nuestra forma, con la que vendrá, en un círculo magnífico.
Enseñar tiene mucho de ésto, al menos desde mi lugar..." aunque puedas desaparecer, no serás olvidado aquí y yo te digo, haré lo que pueda hacer..." dice el señor Peter en la canción que nos ilustra. Enseñar es acompañar, tan sutilmente como podamos, hasta que nos quedamos quietos mirando como acontece ésto de verlos crecer, para luego poder irnos silbando bajito ( felices, claro) Abrazo, que otra cosa? Gustavo Barbosa para los que nos marcaron
para Walter, donde estés para los que nos mueven el piso fotografía: Alicja Zmyslowka
Más vale solo que mal acompañado, dice el mezquino refrán, seguramente producto de algún resentimiento de cualidad afectiva ligada a estados que convocan contundentes epitafios. Descreo de tal afirmación Somos el resultado de nuestros vínculos sociales, desde la inicial condición de hijos, hasta el eventual estado de maternidades, paternidades o abuelidades, pasando por el vasto universo de los amores, amigos, parientes lejanos, jefes, compañeros, y todo otro tipo de ocasionales compañeros de ruta. Desde el amigo que querés como a un Dios, como diría el querido Moris, hasta el perro que te acompaña en inexplicables idiomas ancestrales, vamos construyendo un intrincado tejido de vínculos sin los cuales nos transformaríamos instantáneamente en una caspa humanoide de oscuros designios. Desde ese amor que te mueve el piso para siempre hasta esa mirada infantil que te conmueve tu propia condición para desatar un aquelarre de recuerdos casi...indispensables, el otro nos da pertenencia, nos afinca en nuestra humanidad. Reconocer al otro nos hace reconocibles. Conocer al otro nos hace conocernos. Este intangible estado un poco adentro y un poco afuera de nuestra epiteleal frontera hace que la vida sea un arrasador terremoto que te aleja de tristes ostracismos. En nuestros talleres ésta es nuestra religión. Así se construye la vida de nuestra facultad (aunque no figure en los libros) Vos y el otro. Yo y el otro. Simplemente fantástico. Abrazo Gustavo Barbosa para los que se animan al otro fotografía: Natalia Avseenko