lunes, 27 de abril de 2020

casas

























Vivimos en casas, del formato que sea, del tamaño que sea, de la calidad que sea, del tiempo que sea.
Habitamos, según una mirada académica que solo me dice a medias.

Vivimos en casas, con nuestros cuerpos físicos, con nuestras emociones, con nuestras cosas, si podemos, a nuestro gusto. Si no podemos saber cual es nuestro gusto, con algo parecido.

Vivimos en casas, con nuestros recuerdos, con las imágenes de cada momento, con las cosas que materializan algunas ilusiones.

Vivimos en casas con alguna intimidad, ese valor tan ajetreado. Siempre estamos nosotros y nuestra intimidad en pautada connivencia.

Cuales son los límites de nuestra humanidad? Nuestra piel? Nuestra manera de comprender? Serán los límites de nuestras casas? Será nuestra capacidad de convivencia, en estos días, tan reglamentada?

Intento posar la mirada sobre nuestra capacidad de construir el lugar del encuentro con el otro, del vínculo con el otro, con el otro y nosotros.
Intento pensar en un revés del camino conocido: construir el lugar para nosotros, es construir el nosotros  para cada uno.
Una tarea que más que de límites, habla de membranas que permitan crecer.
De membranas afectivas, algo tan insospechadamente posible.
Un entre en el que necesariamente habrá libertad y música.
Y muros con alguna clase de magia.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: David Altmejd


viernes, 24 de abril de 2020

delirantemente feliz



Estamos rodeados por ciudades vacías solo pobladas por el miedo.
"Detrás de las paredes", como decía Charly García.
"Hay alguien allí afuera?", como preguntaba Roger Waters.

Prendemos la radio, el televisor, las redes sociales, los teléfonos, la estufa, prendemos todo y todo destila miedo.

Inspiramos y sostenemos el aliento hasta que nos digan cuando.
Hasta que nos digan cuando?

Inspiramos y sostenemos las emociones hasta que el miedo se aplaque.
Parece que debiéramos quedarnos con esa única sensación, el miedo.

Porque somos buenos ciudadanos, dejamos que a la ciudad, de la cual somos buenos ciudadanos, la ocupe otro, el tan mentado virus.
El virus que es oportunamente algo así como de género masculino, como si no bastara con todas las bestialidades que venimos haciendo los hombres en nombre del execrable patriarcado y derivados.

Y mientras tanto, que?

Nos anestesiamos, nos brotamos, nos quedamos en casa?
Sí, nos quedamos en casa para no esperar que vuelva la vida delirante que nos acostumbramos a vivir. Llena de ruido, de angustias, de temores, de degradaciones sustanciales.

Nos quedamos en casa porque somos solidarios, porque somos buenos ciudadanos pero...
no nos pidan que nos quedemos en stand-by, no nos pidan que nos cosifiquemos, no nos pidan que nos dejemos envolver con temores. No, no nos pidan nada de éso.

Creo que debemos alinear nuestras emociones, hacer silencio y dedicarnos a escuchar:

los afectos están allí,
las risas están allí,
las niñas y niños están allí,
el amor está allí,
envolviendo las pandemias.

Por eso y muchísimo más
no dejemos que nos saquen la gracia,
no dejemos de militar el cariño,
nunca.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Danielle Tunstall

lunes, 13 de abril de 2020

selfi











Te preguntaste alguna vez en que estación te podes bajar de este tren sin frenos que es la vida que venimos llevando?

Y no hablo de terminar con la vida, no; intento pensar en que quizás la vida que "llevamos"
no es la real, ni la necesaria, ni la única, ni la que queremos.
El deber ser nos llama al deber, a cada rato, a cada paso.

Y vos y yo, donde estamos?

Parece haberse instalado la necesidad de registrar todo, lo que hacemos, lo que comemos, lo que vemos, lo que visitamos, todo, como si hubiera una necesidad imperiosa de congelar el tiempo en imágenes. Todo el tiempo fotografiamos y nos fotografiamos como una manera de salir de ésto que somos, para ver como somos. Para ver, desde afuera nuestro, como se nos ve. 
A la manera de Bob Esponja, buceamos al revés, no nos sumergimos en nosotros sino que nos queremos ver desde afuera, como si fuéramos otro que vive en nosotros.

Y así vamos armando una multitud de otros que van conformando un mundo de fotocopias de cada uno que a su vez conviven en un mundo paralelo.

Hoy el mundo que conocemos se detuvo. Así, de repente, sin aviso.
Y las ciudades van desapareciendo y los que las habitábamos nos refugiamos adentro, adentro de vaya uno a saber que construcción ideal que llamamos casa. Quedate en.

La multitud de nosotros que hemos sido nos fuimos a vivir con los registros, con las selfies.
Entonces me pregunto: Cuando volvamos a salir quienes saldremos? Los que éramos o los que no éramos?
Ahora que nos quedamos solos a fuerza de miedo, cuales somos?
Vos o tu selfie?

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Daiana Silva

..."Beneath the wind turned wave
Infinite peace
Islands join hands
'Neathe heavens's sea"...


miércoles, 8 de abril de 2020

observancias


































Somos los observadores.
Somos los observadores?

Desde el Renacimiento hasta casi nuestros días nos acostumbramos a mirar el mundo desde nuestra propia humanidad.
Así el punto de vista se transformó en la clave de la individualidad, frases como "así lo veo yo", "según mi mirada", "desde mi punto de vista" nos habilitan a  describir el mundo según nuestra posición y nuestra cosmogonía personal.

Por momentos somos observadores, por momentos somos observados. 
Por momentos somos los que pensamos sobre lo que vemos, por momentos somos los pensados.
Entre todos conformamos lo que podríamos llamar el paisaje cultural que conforma nuestro mundo.

Hoy, con el mundo paralizado y el grueso de la población refugiada en la tenue protección de las casas, donde se está produciendo el escenario de las observancias ? Es más, me pregunto, se estará produciendo?

No nos engañemos pensando que las redes reemplazan las ya de por sí hiper variadas realidades que pueblan nuestros territorios (sic) Somos formateados a cada instante por nuevos dioses que van conformando el mundo sin que nos dé el tiempo para pensar.

La ciudad como tal, como la conocíamos ha implotado y creo que lo que podemos observar es como esas supernovas que siguen brillando a pesar de haberse extinguido hace millones de años.

Habrá que aprender a observar con otros órganos y otras consciencias,
por lo menos, así lo veo yo.

Abrazo (de los cuerpo a cuerpo)
Gustavo Barbosa

fotografía: Alexey Bednij

PANO | LA - 10K from SCIENTIFANTASTIC on Vimeo.