"Es una cuestión de sentido común".
Cuantas veces escuchamos esa sentencia? Y digo sentencia porque definitivamente lo es.
El sentido común ha digitado las conductas de mujeres y hombres en nombre del status quo que domina la escena desde tiempos inmemorables.
La burguesía en su esplendor establece los contenidos básicos del comportamiento y del pensamiento que estructuran y determinan lo que está bien y lo que está mal. Así se definen discursos que conllevan autoridad, se estatizan los mecanismos y solo se cree en lo ya sabido. Se naturaliza la lógica y se bloquea la iniciativa y el conocimiento, según palabras de la querida Dora Giordano.
El sentido común es el refugio de la obediencia.
Si dominara por completo la escena, no existiría el arte, ni la creación, ni la pasión, ni el amor, ni la risa, ni la rareza, ni la desprolijidad, ni las margaritas, ni tantas cosas que hacen de este mundo un lugar interesante para ser vivido.
No está escrito en ningún lado, solo es una mutación constante del mandato de las clases dominantes y de su moralina despreciable.
Cuando escuches la frase "es una cuestión de sentido común" sospechá instantáneamente del que la pronuncie, seguramente es un enviado de las huestes de la mediocridad.
Abrazo
Gustavo Barbosa
fotografía: Alexei Bednij