El título de esta entrada podría tener dos acepciones, la que describe a un ser de atípicas configuraciones y por otro lado, al sentimiento de nostalgia que nos envuelve cuando no podemos "ser". Ambas acepciones son pertinentes, dejo en tus manos el camino a seguir, queridx lector.
Mientras tanto yo farfullo indiscriminadamente en ambos sentidos. Estas épocas que nos toca transitar nos ubican en el borde de lo urgente, cada día, cada hora. Una enorme energía que nos mantiene escindidos de cualquier posibilidad de disfrute, de un paisaje ideario trascendente y de cualquier otra acción que no sea la de resistir. Si uno logra, a pesar de todo, refugiarse de a ratos , más no sea, en nuestra zona de intimidad preservada, uno debiera poder desintoxicar el órgano que nos conecta con los otros. El punto G de lo social. Un intento permanente de establecer otro tipo de conexiones, de acercar partes, de bajar la guardia, de ser, ser, se entiende? Tenemos que ser, sino otros son por nosotros y eso es una falta de respeto que no deberíamos permitir. "...adorable ser, te quiero cerca mío..." Todos somos extraños seres, solo que, por momentos, nos olvidamos de ejercerlo. Abrazo...siendo Gustavo Barbosa fotografía: Adam Martinaki
La vida tiene matices tan diferentes, que no deja de sorprender. Hay circunstancias, como la actual en nuestro rincón del universo, que hacen tambalear los cimientos de nuestra sociedad. Como arquitecto que soy, puedo decir que tener problemas de cimientos requiere intervenciones expertas para no poner en riesgo los espacios, especialmente los sociales. Pero no quiero hoy, en este día gris en Buenos Aires, sumar desánimo, ya tenemos suficiente en todas y cada una de las pantallas, no acuerdas querido lector? Pienso en el sol que hoy parece estar atento a otras cuestiones, pienso en los afectos que nos reconstruyen cada día, pienso en los amores que nos hacen revisar cada fibra de nuestra humanidad, pienso en las sonrisas que demuelen cada impedimento, pienso en las manos que construyen y producen objetos hermosos como un milagro de apretada lucidez, pienso en tantas cosas esenciales que no debemos descuidar ni un minuto, porque hacen bien, está humanamente comprobado. Alumbrar cada rincón, esa es una bella tarea, como asoma febo, aunque a veces cueste. Abrazo, queridas y queridos Gustavo Barbosa para todos los que estamos, para todos los que vienen, por todo lo hecho, por todo lo por hacer fotografía:Antón Merkulov
Este mundo no está preparado para la madurez, toda una parafernalia de acciones desdeña las arrugas, los cuerpos baqueteados, las energías domesticadas y demás consecuencias del vivir. Lejos de compartir tales miradas, me enamoran los pensamientos degustados, las arrugas testimoniales, las voces atravesadas por los buenos aires, las manos repletas de decires, las bravas canas y tantas otras bellezas curtidas por haber transitado estos vastos horizontes. No manejamos el tiempo, pero podemos apreciar sus acciones. Los saberes también maduran, se vuelven a mirar y se degustan con nuevos asombros. Así vamos enseñando. Así transcurren las vidas. Abrazo Gustavo Barbosa fotografía: Paula Layton