martes, 7 de marzo de 2023

solo hay que esperar atentamente
















Yo supe tener un padre intenso. Dejo librado a la imaginación de mis queridas y queridos lectores la implicancia y alcance del término. Entre las muchas características de su sagitariana personalidad no se encontraba una pizca de paciencia, nada más lejos, se le ocurría algo y tenía que ser satisfecho en tiempos que él solo entendía. Lejos estaba de mi capacidad pisciana atender esos complejos mecanismos y por ende siempre me declaraba en rebeldía hacia la caprichosa autoridad, cosa que arrastro hasta hoy.

No es el tema de esta entrada hablar de mi padre sino del aprendizaje de saber esperar.
Específicamente del esperar atentamente, lo que podría llamar: espera activa.

Voy a contar una historia.
Hace unos años mi amiga Silvina y yo compramos una casa en Tigre, muy cerca del río. Una casa que hablaba de viejas glorias pero lucía un estado de abandono lamentable. El edificio databa de la década del '30 y había sido un Almacén de Ramos Generales con vivienda donde vivía la familia que lo explotaba. El almacén cerró en 1976 y la casa continuó habitada por parte de la familia que convivía con su decadencia.
Las obras de reciclaje fueron arduas y prolongadas, una acción casi incompatible con el concepto "negocio" que impera en el universo inmobiliario. La idea fue conservar el local con una vivienda. O vivienda con un local, en orden reversible. 
Hubo que hacer cirugía mayor, respetando el espíritu de la honorable casona, cuidando de sus paisajes emotivos y jugando con su materialidad.
Amo estos rescates arquitectónicos. Es mi misión en esta vida profesional. Me entiendo bien con las energías que las habitan, esos fantasmas con los que se establecen diálogos polifónicos de una sutileza sin par.
La circunstancia del país y la pandemia demoraron la venta de la renovada casa. 
Finalmente se vendió hace un par de años.
Habíamos fantaseado una y otra vez con quien la compraría y pudiera entender el sentido de tanto trabajo.
La persona que la compró no era ese personaje. Decididamente no, pero había que venderla.
Como era de esperar, en menos de un año la volvió a poner en venta y hace unos pocos días tuve una inesperada conversación con el que será el nuevo propietario.
De forma instantánea hablamos el mismo idioma. De forma instantánea me llenó de felicidad conocer a nuestros "esperados socios" en esta aventura de construir un hogar.
El tiempo transcurrido preparó una sabrosa alquimia que parece, nos dará muchas sonrisas y la sensación de la tarea bien cumplida: A brillar Casita de Tigre!

Solo había que esperar, así, atentamente y con confianza.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Jade Barbosa Ribeiro

"En lo concerniente a actos de iniciativa y creación,
existe una verdad elemental,
y el ignorarla mata innumerables ideas y planes magníficos:
que en el momento que uno se compromete,
también interviene la Providencia.
Ocurren, entonces, todo tipo de cosas positivas,
que de otro modo jamás se habrían producido.
Una serie de acontecimientos derivan de esta decisión,
poniendo a nuestro servicio incidentes fortuitos,
encuentros insospechados y ayudas materiales 
que ninguna persona podría haber soñado con lograr
Sea cual sea tu sueño, comiénzalo. La audacia tiene genio, poder y magia"

                                                                           Johann Wolfgang von Goethe
  





4 comentarios:

  1. No pude dejar de asociar tu experiencia, tu relato de la misma con uno de los hexagrama más interesantes para mí del I Ching: el número 5, La Espera.
    La idea allí expresada en torno a la actitud que recomienda cuando toca esperar a que algo se cumpla: la paciencia. La imagen metafórica de las nubes dispensadora de la lluvia que se preparan, no se pueden forzar, la lluvia llegará a su debido momento. Hay que saber aguardar.
    La espera como proceso creativo, la actitud interior del humor y la alegría mientras se espera....

    Tu misión de rescatador y el aprendizaje de la impaciencia sagitariana paterna.... merece otro contrapunto! Abrazote

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  2. "Hay que saber aguardar" La paciencia es un estado muy lábil, jajaja (incluyendo la mía, o lo queda de élla) Muy buenas tus devoluciones licenciada, se agradecen. Abrazo grande

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  3. Siempre el talento sutil y conservacionista de mi Amigo Gustavo me maravilló me sorprendió y me hizo comprender que todo es recuperable restaurable que toda obra merece una nueva vida...siga haciendo brillar su magia MAESTRO

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    1. Se agradece, mi querido Pablo. Son formas que solo se pueden intentar con un equipo que ponga conocimiento y ganas

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