efectos colaterales

Un instante: esa fracción de segundo en que el cuerpo se expresa.
Probablemente miles de veces durante la vida desoímos a nuestro cuerpo.
Indiferentes, ensimismados en lejanas elucubraciones, dispersos, estresados,
estupidizados, entusiasmados y otros ados, nos hacemos los sordos.
Los orientales y sus milenarias acciones, nos han hablado de esta comunión con el cuerpo 
como algo natural y necesario. De este lado del mundo, somos difíciles.


Algunas actividades pueden prescindir del cuerpo. De la cabeza para abajo o del cuerpo para arriba.
La docencia, y sus consecuencias, no.
Hemos hablado de enseñar y aprender.
Hemos hablado de acciones corporales en nuestro territorio, el taller.
Hemos hablado de Monge, de color, de militares, caballeras y paralelas,
de los misterios que encierra la frase NOSEDIBUJAR.
Hemos hablado de la forma y su imagen.
Hemos hablado de certezas, pero mucho más de incertidumbres.
Hemos hablado de parir nos, una y otra vez. Recomenzando.
Hemos planteado una y otra vez recorrer los bordes, los extremos,
los lugares incómodos.
Hemos intentado, con inclaudicable determinismo, mostrar otra realidad.


Está claro que es una mirada, un recorte, sobre este mundo de enseñar.
Hay tantas otras.
Pero ésta es la nuestra. Las más de las veces, un poco áspera; la mayoría de ellas,
imbuidas de un efecto colateral, eso que muchos llaman pasión.
Todo esto se hace con el cuerpo. 
Poniendo el cuerpo, de que otra manera?


Un gran abrazo
Gustavo Barbosa







fotografía: Tom Hoops
video: Making of "PINA"  Wim Wenders
música: "Lilies in the Valley" Jun Miyake