De la piel para adentro no hay nada que justificar.
De la piel para adentro nacemos, vivimos y morimos en una elaborada intimidad.
Cuando hablamos de intimidad deberíamos entrecomillar porque suele usarse ese término por lo que pasa entre dos y diría que no acuerdo demasiado.
Mi intimidad es conmigo. Los de afuera son de palo.
Supe tener una progenitora geminiana que me enseñó a congelar la mostración de la emoción, cualquiera que fuera capaz de correr el maquillaje que tanto esfuerzo llevó construir.
Después de tantos años de elaborar las luchas intestinas pude entender que transitar y chapotear en los rincones oscuros nos permite fisurar lo dicho y empezar a transitar el entre.
Un hermoso lugar de extrema incomodidad.
El universo de la creación tiene de por sí una cualidad tortuosa: transitar y pensar entre lo obvio y lo inescrutable, entre lo cómodo y lo tensionado. Éso es crear, transmutar algo de nuestro interior hacia el entre que construye el vínculo con lxs demás.
Y cómo se construye ese entre?
Quizás no haya que construir algo, quizás nuestros rincones oscuros se entienden y confluyen sosteniendo los vaivenes de las mareas emocionales que nos constituyen.
Demasiado intrincado para un viernes a la tarde, o no?
Abrazo
Gustavo Barbosa
Fotografía: Dmitry Shad ( gracias al amigo Enkil y su fabuloso blog
"Uno de los Nuestros)
Las resonancias de las palabras licenciada, muy bueno!! Gracias
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