Es notable darse cuenta que nos hemos dejado llevar
por los medios
por los miedos
por los otros
por las otras
por el qué dirán
por el algo habrán hecho
por la moral
por el deber ser
por las circunstancias
por lo miserable
por la falta de decisión
por la desidia
por el miedo a perder
por las culpas del amor
por tantas cosas.
Entonces me pregunto:
donde estoy?
donde estás?
donde estamos?
En este diciembre del 2022 ( dosmilveintidos ????, uouuu)
envueltos en la sempiterna crisis, en el medio de un mundial,
un grupo de pibes logra desempolvar la alegría, esa que se quedó por el camino,
ésa que parecía patrimonio de Brasil y que Charly, allá por el 82, nos la intentó devolver,
ésa que tiene que ver con reconocer nos/te/me
ésa que te sobraba de pendeja/o y un día se llenó de un virus que la tiñó de fastidio, acicateado por los personeros de la mediocridad.
Quiero pensar que nos merecemos un buen saque de alegría, como chicos que maduramos a los golpes, lo que en muchos casos es literal y ya no están con nosotros, aunque los llevamos como cicatrices en el corazón.
Dejemos que nos lleve lo que nos queda de resplandor,
que sin duda es nuestro, nos hace bien y nos va a saber cuidar,
a vos, a mí y a los que vienen volando bajito.
Abrazo
Gustavo Barbosa
fotografía: Antonio Ojeda
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