Y se va otro año.
Como si fuera un río, de a ratos caudaloso, de a ratos expectante.
Le ponemos nombre a una entidad innombrable: segundos, minutos, horas, días...y así, como para intentar aprehender su correr, nada más sin sentido.
El tiempo es y nosotros no podemos viajar en él, solo aferrarnos a los dichos de nuestras y nuestros artistas que nos cuentan secretos que quizás no logramos asir: "el tiempo está después", "el tiempo es veloz" y tantos más.
Que hice hoy?
Que hiciste hoy?
Que se hizo del hoy?
Solemos adornar nuestros años vividos con los eventos que nos marcan, con sus vívidos recuerdos: año 2023, las Abuelas recuperaron la identidad de dos nietos, Argentina ganó el mundial, la gente salió a tomar las calles por millones. Lo que te pasó a vos, a mí, a nosotras y nosotros, así construimos la memoria.
Año tras año vamos ordenando nuestro espacio tridimensional con fugaces miradas sobre el tiempo que repta casi irónicamente entre nuestras señales.
A veces te acordás y a veces te olvidás, así de sabio funciona. Guardamos lo bueno para los días aciagos y nos llevamos tantos secretos muchas veces casi sin darnos cuenta.
Una vez le escuché decir a la gran actriz Norma Aleandro: "lo bueno de los años es que vienen de a uno", frase de una sabiduría que solo dan "los años"
Creo que es oportuno intentar detener el tiempo para poder metabolizar las acciones, las alegrías, las pasiones, las tristezas, los desengaños, la muerte y la vida, para después seguir y seguir, total no tenemos idea de nuestra fecha de vencimiento.
Detener el tiempo (¿?) un pensamiento efímero si los hay, que quizás entre todxs podemos lograr construyendo un refugio para todas y todos.
Nos deseo un momento de reflexión instantánea y un abrazo que dure cinco mil años.
Gustavo Barbosa
fotografía: GBR
Embriagadora, esperanzadoras y sabias tus palabras, mágico piscis. Abrazo y feliz 2023!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, anónima?
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