viernes, 11 de agosto de 2017

en cuartos




Como en un infinito proceso proyectual, los momentos vivenciales se encadenan uno tras otro al paso del anterior y como la antesala del siguiente.
A veces el presente es tan fugaz que nos confunde y nos deja inmersos en pasados que pretenden instalarse en los futuros, o, al revés, de juguetón que es el factor cronológico.
Esta diatriba temporal puede mantenernos en estados de semi conciencia mientras tratamos de discernir la escena pertinente. Sostenemos esos estados, muchas veces sin sentido, hasta que un detonador desmorona la escena, como un fútil espejismo.
Es interesante ( diría imprescindible) observar (nos) en esos momentos ya que suelen ser definitorios y no es cuestión de estar en otro lado en ese preciso instante.

La caminata entonces adquiere ribetes unívocos. La vida suele ser generosa con los que intentan vivir con esmero.

Las imágenes del otro lado de las decisiones pueden ser algo confusas al principio, pero
para algo somos seres de proyecto, para reconstruir nos una y otra vez.

Abrazo en cuartos
Gustavo Barbosa

fotografía: Yan de Santos

1 comentario:

  1. los seres de proyecto no somos todos iguales, para algunos solo es importante coleccionar obras, para otros es importante coleccionar ganancias
    para nosotros es importante proyectar para crear mundos mejores y en ese proceso disfrutar y hacer disfrutar a todo el equipo que trabaja con nosotros
    ahh, eso nos hace felices

    la noción del coleccionista está asociada a la del avaro y tal como dice Gérard Wajcman en su libro “Colección“ (recomiendo su lectura) la “avaricia es feísima, de veras es feísima“ (Wajcman, 2010, p.73)

    nada de eso es lo que hacemos nosotros, nuestros talleres y nuestro mundo proyectual corre por otros carriles, por otros amores, por otros deseos
    y además, como dice el gran Peter nos cubrimos entre nosotros

    besos en cuartos

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