sábado, 5 de mayo de 2018

llega un día







































Hay momentos precisos,
pueden ser notorios o no.
Pueden ser sutiles o no.
Pueden ser o no ser, pero como el aire, nos tocan.

"No se puede tocar sin ser tocado..." es una frase que resuena constantemente en mis órganos culturales ( y en los físicos, también)

Si queremos mover las estructuras que se anquilosan por sus innatas cadencias, debemos pararnos con especial firmeza.

La tradición se parapeta en su trinchera y no suele ceder posiciones con amabilidad, el problema es que no puede enfocar en las nuevas miradas, prefiere descalificarlas.

Juntar las emociones con los saberes debiera ser algo natural, después de todo el cuerpo y el cerebro van de la mano.
Nuestras disciplinas son corporales y portan la emoción como una parte constituyente de nuestros haceres.

Mi mirada irá siempre en esa dirección, mis clases siempre bucearán en esos rincones, ya que seguramente a algún alma del auditorio le basten unas palabras provocadoras, más unas bellas imágenes, más la música justa, para que se despliegue su talento.

Abrazo
Gustavo Barbosa

gracias Sil, gracias Ren!

fotografía: Gérard Rancinan

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