Hay un momento para cada cosa, para, por, según, sin, so, sobre, tras.
Hay pequeños momentos, casi imperceptibles.
Hay grandes momentos de estruendo compartido.
Los hay sombríos.
Los hay inmensamente luminosos.
Casi como un juego proyectual, circulamos bajo nuestra propia presión emocional,
dibujando el tiempo y los caminos.
Conscientes o no, alertas o relajados, pre o pos ocupados, así vamos.
Los momentos son el paisaje de nuestras vidas, los colores, los perfumes, los recodos del camino, la sorpresa.
Hay algunos de ellos que logran comprimir los tiempos para superponer el pasado, presente y futuro en una sinfonía de especial resonancia.
Sea cual sea su cualidad son los que enhebran la construcción de nuestra realidad, por lo que no parece ser saludable dejarlos pasar inadvertidos, ocupados en vaya uno a saber que.
Abrazo
Gustavo Barbosa
fotografía: Claudio Piccoli
Porque sera que siempre estamos "ocupados en vaya uno a saber que"?
ResponderEliminarla miopía suele afectar nuestra capacidad de mirar, verdad?
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