sábado, 1 de julio de 2017

ajos y cebollas



















Quizás el perfume que se desprende de la cocina de una sabia abuela sea un instante de irrepetible felicidad, de alcances de difícil métrica. Los años nos van separando de algunas imágenes que en realidad permanecen al acecho de un oportuno descuido, para volver a instalarse en nuestro presente.

Que aparato puede medir esos índices de felicidad?

Ninguno, que yo sepa, sólo nuestra piel o nuestra humanidad, que en algunos memorables días, establece momentos de sustanciosa intensidad.

Cuando una idea nos desborda, excede nuestro continente epiteleal y se derrama en el vasto universo del proyecto, algo intenta acontecer. Esa incipiente idea puede tener efectos secundarios devastadores, ya que puede instalar estados de mítico bienestar.

Así funciona el proyecto, sin buscar verdades, atravesando incertidumbres, titubeando, dibujando decires, provocando al fin, si solo de cambiar el mundo se trata.
Transformando, embelleciendo, iluminando. 

Como será proyectar al son de ajos y cebollas?

Gran abrazo 
Gustavo Barbosa

fotografía: Jade B. Ribeiro

3 comentarios:

  1. Cómo será usted pregunta?
    Puedo responderlo por propia experiencia... Resulta narcotizante como los ñoquis de queso que me servía mi tía Ofelia.
    Le quedó claro...?!!!

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  2. es rarísimo lo que voy a decir, pero la gran diferencia entre la preciosa Jade y el resto de los lindores de este mundo es que al lado de esa chiquita yo siempre me sentí linda, jaja, es al revéz del dicho popular “la belleza opaca“, en ella no se da...
    niña luz
    (moonchild de king crimson siempre me recuerda a ella)
    miles de besos para la pequeña Jade

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