Los dos extremos de nuestra vida los hacemos sin equipaje alguno,
solo con nuestro objeto esencial, el cuerpo. El resto del tiempo lo dedicamos a rodearnos
de otros objetos de toda forma y tamaño: las cosas
cosas que nos seducen
cosas que nos convocan
cosas que nos agobian
cosas que un buen día nos damos cuenta que no nos sirven para nada
Movemos cosas de acá para allá, de abajo para arriba, grandes, chicas, insignificantes,
pesadas hasta el hartazgo.
Partes de cosas, restos de cosas, herencias, un sillón de gélida naturaleza,
un monedero de la abuela, 5 fotos de tres señoras que no tenemos la menor idea de quienes son, un aparato inservible de oscuros orígenes y más.
Cosas para guardar otras cosas, cosas que no sabemos como guardar.
Cosas que se van con ex parejas, para nuestro pesar, cosas que se quedan para nuestro aún mayor pesar.
Decenas, miles, una miríada de cosas que nos acechan a cada paso del camino.
En la Fadu aprendemos a producir objetos, nuevos, originales, increíbles,
que irrumpirán en la realidad (cual?) y provocarán deseos, alegrías, placer y demás emociones.
Algunos de ellos serán reverenciados, amados y algunos otros correrán por los carriles ya dichos hacia el destino horroroso e irreversible de convertirse en cosas!
Un círculo extensivo e intensivo. Un derrotero que cada tanto es atravesado por una mudanza que habilita desprendimientos y permite recargar energías para irremediablemente, volver a empezar.
Abrazo
Gustavo Barbosa
Fotografía: Marsel van Oosten
desde chica me sumé a la faraónica tarea que le tocó a mi madre de levantar las casas de tías viudas que viajaron a otros mundos sin mas deudos y había que levantar "sus cosas"
ResponderEliminaryo iba fascinada por que desprendida de todo afecto, por que eran señoras que no conocía mas que por anécdotas, solo miraba extasiada las ropas antiguas, los anillos en las mesitas de luz, los juegos de te, las alfombras llenas de colores y los frascos antiguos de la cocina
esas cosas hablaban de ellas, de como vivían, eran un relato oculto, cifrado allí en sus cosas
me quedé pensando en lo que dejamos cada uno de nosotros cuando nos vamos del planeta tierra
besos terrenales, por supuesto
Moiris.... me hiciste acordar a los cajoncitos de mi abuela... ahí arriba... en el último cuartito de la terraza.... al cual se accedía por una escalera finita y descompensada, bien de ph refaccionado por algún inmigrante bien intencionado y voluntarioso..... cuidado que te caes! era la profética frase de madre que miraba de abajo.....pero nada importaba, porque llegar a esos cajoncitos desbordados de cintas de terciopelo, puntillas, encajes, hilos de bordar y telitas varias, era la gloria y bien justificaba un descenso escalerístico abrupto!
EliminarCosas, que como bien decís, no tenían más valor que lo que de ella contaban.... claro que lo mío no concluía en una mirada extasiada.... karina, des-bordada, metía mano de guan! Creo que ella siempre supo que alguien le revolvía sus “cosas” a escondidas....
ahhh, las cosas de las abuelas eran así, claro, mucho mas mejor en la vida que las de madre o cualquiera de las tías viudas del otro cuento
Eliminaryo también les revisaba todo y aún hoy, como un ritual sagrado abro algunas de esas cajas con puntillas y cintas de seda o terciopelo y miro como vos extasiada, llena de recuerdos de esos amores que no se olvidan nunca jamás
me encanta que me digas moiris, jaja, así me llama una amiga entrañable, y ahora vos te vas a convertir mágicamente en otra
beso karin!
que maravilloso video...no lo había visto
ResponderEliminargeorge, me muero de amor por él desde que de chica, muy chica, miraba la tapa del LP de let-it-be que había en casa, siempre me quedó esa imagen mirando medio de costado, con esa sonrisa tan linda...
me fui de tema, jaja, perdón, perdón
soy una desviada sin arreglo
El video y la canción son dos joyas que ns dejó el amigo George, uno de los héroes
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