sábado, 17 de octubre de 2015

un día, una madre


























Cuando era niño había días especiales que rompían la recoleta rutina de los tediosos días comunes.
Esos días mi casa se transformaba, se respiraban perfumes encantadores, se abrían las cortinas y se volvían a mirar ciertos horizontes habitualmente guardados. 
Había movimientos inquietos en la cocina y a la vista aparecían platos tentadores plenos de aromas que prometían instantes de regocijo.
Se abría el bar y ante mis ojos se desplegaban copas relucientes junto a botellas de bellos colores que me devolvían guiños casi mágicos.
La escena se coronaba con sonidos amables que brotaban del Wincofon para hacer del living un lugar lleno de vida.

Eran los días de visitas.

Otras voces aparecían en escena, muchas veces en idiomas que me costaba entender porque venían de la tierra de mi padre, de Brasil. Eran días de felicidad.
Había sonrisas y música en el aire...con caras amables que recuerdo con especial deleite.

Algunas veces la reconfortante sensación vuelve a aparecer de la mano de mi querida música, mi fiel compañera. Suelen ser efímeros pero aún así, no pierden la consistencia.

Nuestro camino quizás sea el de volver a encontrar esos momentos, de inventar otros nuevos, de sentir que hacemos, de sentir felicidad con lo que hacemos, de soñar con esas voces que nos remontan a otros universos tan entrañables.
Nuestro camino quizás sea el de materializar mundos llenos de luz, colores y afecto
Una buena tarea sin duda.

Gustavo Barbosa

Para esas señoras que suelen encontrarse a nuestro lado el día que arribamos a esta vida.
Una muy peculiar situación...

fotografía : Cristian Bulugea

5 comentarios:

  1. amanecí con mi hijo pequeño de 1 año (gato-siames-llamado-fripp-que-hace-lo-que-quiere) después de una noche de escuchar música, risas, gritos y demás ruidos de mi-hijo-mas-pequeño-de-19-y-sus-amigos-que-hacen-lo-que-quieren
    al bajar había sillas dadas vueltas con cartelitos que decían "feliz día de la tore" (nunca logré que me digan madre, mami ó mamá como los demás niños normales)

    me puse feliz feliz feliz de todas formas, y trate de evitar el pensamiento de pensar en el estado etílico de los cuerpos autores

    feliz día para las madres normales y uno especial para las hebes que no están

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    1. jajaj! padecemos la misma derrota Moira! parece que esa generación vino con una palabra menos.... en mi caso es un simplificado Ka, que se extiende a un Karina en casos serios y solo aparece un mamá cuando la situación es extrema... Ahora me queda la duda si es generacional o solo un intento de desvinculación de niños normales para con madres anormales.... ojo al piojo! ;)

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    2. De a poquito irán desapareciendo las madres para quedar solo mujeres
      La madres son demasiado complicadas y te lleva muchos años sacártelas de encima
      Ustedes serán dos adelantadas?

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    3. jaja karina, que desastre
      al menos somos dos adelantadas en algo, jaja
      debe ser por eso que adoptamos niños y tan boludillos como los propios
      te mando un beso en nuestro día de madres anormales

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  2. jaja esa diferenciación entre las hebes y el resto de las madres normales, habla de cierta sanidad de pensamientos...las hebes no serían madres normales según ese criterio?
    mi hebe personal no, está claro
    iba a firmar el escrito como ex-hijo pero...

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