Hay una vieja tradición en la profesión de arquitecto que refiere a la encomienda, o sea a la encomienda de un cliente, sea éste hombre, mujer, pareja, empresa, o una mezcla de todo lo anterior y las peripecias que se desatan a partir de este contrato.
Durante la cursada en la facultad, usualmente se va desarrollando el ego del proto arquitecto y su desmedido amor por la idea, digamos mejor, la idea propia, digamos aún mejor, SU idea. En la polvorienta práctica profesional, si hablamos de una vivienda por ejemplo, el cliente deberá vivir en la idea de su arquitecto/a, una verdad de perogrullo que no siempre es de tan simple materialización.
Hay miles de mitos y leyendas al respecto a la sombra de nuestra pobre dedicación a los aspectos legales y administrativos de nuestra hermosa profesión. Hablamos de una escala de trabajo de pequeña o mediana escala, sin el amparo de mega empresas, abogados, contadores y demás delicias de la vida de los grandes estudios.
Siempre he pensado que debiera haber un apartado en el programa de la carrera para profundizar en ciertos aspectos psicológicos del vínculo comitente (cliente) /arquitecto/a. A pesar de que la tendencia parece querer abortar esta mirada unipersonal del perfil profesional, creo que persistirá en el tiempo en ciertos nichos de escala cuasi artesanal. Lo de nicho no pretende aludir a augurios necrológicos sobre este tenso vínculo.
Pero que sucede cuando el arquitecto encuentra a su cliente?
Pero que sucede cuando el cliente encuentra a su arquitecto?
Casos como el de Antoni Gaudí y el industrial Eusebi Güell o el de Mies van der Rohe y la doctora Edith Farnsworth o Albert Speer y el tristemente célebre Adolfo Hitler o Michelangelo Buonarroti y los Médicis, han producido obras memorables que materializan la comunión de ideas y energías entre ambas partes de estas extrañas sociedades.
Sin llegar a semejantes extremos, los que hemos podido expandir nuestras ideas con el estímulo de un cliente cómplice y aventurero, debemos agradecer a los dioses por tamaña bendición.
No estoy hablando de sólo una obra exitosa, sino de un estado de ideación y fantasía que se despliega para romper los límites de la lógica. Un santuario de imágenes para llenar varios tomos de anecdotarios imperdibles.
Algo muy parecido a la magia, pero sin el truco secreto, con una enorme cuota de realismo fantástico que se graba en los espíritus de los testigos de semejante vínculo.
Abrazo fantástico
Gustavo Barbosa
para Rodolfo Pedro,Rody, mi amigo, cliente y compañero de fantasías sin fin
Rody, Rody, salta en mi cabeza
ResponderEliminarun personaje brillante, no solo por su rapidez sino por que es imposible que pase inadvertido
intenso, curioso, irónico, hermoso, sí: hermoso (con permiso de las damas que lo aman)
una experiencia única, un viaje sin retorno, jaja
nuestro querido Rody, esto es para vos sin duda
(verás que tu amigo te sigue siempre)
beso enorme, Moi
Necesitaría 7 blogs para contar algunas, solo algunas de las anécdotas de nuestras aventuras, vos sabés Moi, un vínculo imposible de rotular
EliminarBuenas Cátedra... Buen video del Sr. Gaudí, sin dudas un genio de la Arquitectura.. Pero que es ser genio..? Es cumplirle tres deseos a un cliente..? jeje. O es mirar con los ojos del cliente, pero trabajar con nuestro talento..? O descifrar la jeroglífica idea del cliente con nuestra percepción..? En algún lado de ese puente que conecta al cliente con el arquitecto está la solución al proyecto..Donde..? Ahí está lo divertido.. Ya que la mejor idea esta rodeada de ideas buenas, que a su vez están rodeadas de ideas simples, y asi sucesivamente.. Creo que, como cuenta Gustavo en las anécdotas, la sinergia provocada a veces entre cliente-arquitecto alcanza niveles tan altos, que se logra encontrar esa IDEA increíble, que luego basta solo el paso del tiempo para que esa obra se haga aún más increíble..
ResponderEliminarUn abrazo grande profes.. Edgardo.-
jaja edgardo, me da risa tus deliberaciones sobre las ideas-cliente,
Eliminares buenísimo y es tal cual
es muy bueno que al menos puedan incorporar como cuestión la "noción del cliente" porque es todo un tema en la vida profesional y muchas veces acá en la facultad ni se menciona
un beso muy grande, moi