sábado, 20 de octubre de 2012

la danza del taller















Me quedo sumergido en la resonancia de las imágenes de las clases de esta semana…

Una vez Moira me mostró la magia de los talleres y yo nunca más pude dejar de sentir eso, ni quiero.
Los aplausos de todos fueron un hermoso premio para nuestros invitados y si me permiten la petulancia, un poco para nosotros también. Con años de recitales encima de mi espalda, tengo asociados los aplausos con la música y la inefable pasión que desata; una bella comunión: un músico y su público, dos que se encuentran con el arte para cambiar todo. Sentir algo parecido en nuestros talleres habla de magia y de un afecto que se siente en la piel.

Nuestros invitados Vicky y Guido nos hicieron bailarines a todos, que los mirábamos flotar sobre las mesas como si no hubiera gravedad, tan solo música y la luz descubriendo formas, hermosas formas.

Verlos a todos ustedes disparando trazos cargados de emoción compensa con creces cargar bolsos, colgar telas, mover mesas y sortear la dificultad del recurso.

Representar a otros, representarnos a nosotros.
Sentir en algún lugar del cuerpo que vamos bien, entre la razón y la emoción, surfeando, como decía aquel pensador. Enseñando y aprendiendo, con una sonrisa tatuada en esas manos que dibujan y dibujan.

Gracias Vicky
Gracias Guido
Gracias a nuestros músicos del viernes, Juan y Juanqiu
Gracias Lu!
Y gracias a ustedes, los que bailaban con las manos.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografías: Jade B. Ribeiro



10 comentarios:

  1. yo me pregunto como se mide el saber que adquirimos en esta semana en nuestros talleres
    con que medidores se podría registrar esta experiencia

    una felicidad enorme verlos a ustedes sosteniendo la espera de un viernes a la noche de cansancio, con sus sonrisas cómplices
    hermosos ustedes
    hermosos los bailarines
    hermosos los músicos
    hermosa el angelito que sacaba las fotos, mas aún éstas fotos
    hermosa la otra angelita que filmaba

    esto que ocurrió esta semana no puede medirse con ningún otro parámetro que el del misterio que encierra la magia

    un beso enorme, moi

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  2. con los años voy aprendiendo a entender que algunos docentes pueden vencer sus inseguridades cuando logran confiar en sus propios aprendizajes y en confiar en el espíritu de lo grupal,
    aún los de corteza más dura

    sé cuanto te preocupa tratar de medir cuanto les queda a los estudiantes de lo que pasa en los talleres, cuanto se puede asimilar, cuanto se puede abarcar
    por eso te sigo confiado, en tus incesantes búsquedas, infinitas diría

    sabés como se mide lo que pasa en nuestros talleres? en lo que te pasa cuando caminás por la fadu, cuando reconocés esas huellas de las que hablaba Carla en su comentario anterior,
    esas huellas de haber peleado por instalar el amor por lo que cada uno hace

    besos a todos

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  3. Siempre es un gusto!!!

    muy enriquecedor todo

    Mil gracias,
    Guido.

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  4. Debe haber sido la mejor clase que tuve en mucho tiempo.
    recursaría dibujo para volver a tener estas clases.

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  5. Una maravilla de clase.
    A veces no sabia si dibujar, o si quedarme mirando maravillado todo lo que pasaba en el delante mio. GRACIAS!

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  6. Una de esas noches especiales donde se palpa la energía en el aire, entre cada persona del taller, en los músicos y bailarines. Los que dibujaban o los que simplemente mirábamos necesitábamos ese final donde los chicos también dibujaron en los aires para nosotros. El aplauso, los reiterados y fuertísimos aplausos fue nuestra devolución, la alegría de haberlos tenido.

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  7. Ayer estuvimos con Moira en un encuentro de docentes y volvió a aflorar el tema del desgano en los estudiantes como determinante de la imposibilidad...valgan estos tres comentarios para demoler estos preconceptos, más amparados en la propia imposibilidad y en la miopía generacional

    gracias por lo que dicen, sin llegar a la exageración de Belén (jaja) se sentía en el aire la intensidad

    besos

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  8. Intuyo que Belén no debe estar exagerando.
    Yo volvería a la la FAU para volver a cursar la carrera si hubiera mas docentes como mi amigo Barbo y no fuera porque ya me recibí hace mil años.
    Me parece que muchos docentes deberían reflexionar sobre el hecho de ver la cantidad de alumnos que cada noche salen locuaces de la FADU como una multitud satisfecha y constructiva.
    Claro, pero si son miopes, primero debieran pasar por el oculista (mental).
    Barbosa, capo...Bruce, pizza y faina.

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