En el universo musical, un cover es una nueva versión de lo mismo, de lo ya ejecutado.
Enunciado así, parece fácil pero no lo es.
Involucra egos, involucra energías que hay que detectar, percibir, sostener, digerir, cocinar, dominar, explayar para volver a decir.
Es fantástica esta posibilidad. Está llena de vida. Está llena de amor. Muchas veces el cover supera con creces a la versión original, hay sobrados ejemplo de tal insolencia.
Me preguntaba como cuadra esta cuestión en nuestra vida.
Quizás ésto solo sea adecuado para los que estamos del lado equivocado de los 60, como diría el querido amigo Rosso, pero esta cuestión de reversionarse es solo para los entrados o salidos en canas.
Me pregunto si en algún momento de nuestra existencia ejercemos el derecho a repasar lo hecho y volver a tensar la cuerda para volver a decir lo mismo pero, mejor.
No hablo de torcer el curso de los eventos, solo pienso en la posibilidad de construir un nuevo yo, a partir del mismo yo.
Constituir un momento de revalorar lo dicho y hecho para arengar lo por decir y lo por hacer.
Quizás las y los psicólogos amigos estén haciendo cola para silenciar estas palabras, pero, saben que? Esta nueva versión de mí se la banca, ja.
Les dejo la inquietud, mientras tanto los invito a disfrutar de varios coveres de un tema esencial, al menos para un servidor.
Abrazo gente
Gustavo Barbosa
fotografía: Tony Futura
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