Recurrente he sido en la necesidad de estar atentos ya que las señales a veces son casi imperceptibles.
A veces adoptan formas de una bella paradoja o de una inteligente ironía.
Puede ser el abrazo de un extraño agradecido, la llamada de un hijo que te necesita o alguien que aparece en el segundo indicado.
La realidad es que la cronología de los estados no siempre está a la vista de nuestros sentidos, muchas veces nos hace perder entre presentes, futuros y pasados.
Si afinamos los sentidos, los cinco de todos, los doce de Steiner, podemos descubrir a los mensajeros que refrendan los hechos que el tiempo se ha ocupado de diseminar por este arrabal.
Somos el resultado de pensares y acontecimientos que nos han dado forma, felices o no, que seguramente han sido trascendentes en las acciones por venir.
En los talleres este fenómeno es una parte constituyente, entre nuestras decisiones como docentes, la confianza de ustedes, queridos estudiantes y las conjeturas que intentamos alcanzar en el devenir que nos envuelve a todos por igual.
Será una extraña geometría o el designio del amigo Gaspard, lo que fuera, todos circulamos hermanados en la búsqueda de un nuevo horizonte.
Siempre aparece el mensajero esperado, ese que nos trae un recuerdo del futuro y nos tararea una vieja canción que nos recuerda a nosotros mismos, allá en algún entrañable lugar.
Abrazo
Gustavo Barbosa
fotografía: Drew Doggett
“desde que soy chica amo a los caballos y siempre entendí que nunca se doman, aunque ellos mismos jueguen ese juego y nos lo hagan creer“
ResponderEliminarjaja, nunca podré dejar de acordarme de esa teórica al escuchar the zombies, es increíble, definitivamente nos consagramos
beso enorme a mi querido caballo
jaja Time of the season! Apoteótico!
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