miércoles, 21 de diciembre de 2016

(in) visible





























Con los años y la experiencia, uno podría establecer algunas clasificaciones de las actitudes del estudiante universitario, el tímido, el audaz, el prepotente, el simpático, el seductor, el despistado, el brillante y demás. La que me interesa en particular es la cualidad de algunos estudiantes de construir con tesón su invisibilización.
Ya sea por infinita timidez, por comodidad, por temor o por aquella nefasta condición pragmática del burgués medio pelo del "no te metás", tan en boga en los años de fierro, el pasar inadvertido es un problema.

En las épocas de la colimba, el hacerse invisible garantizaba no convertirse en el epicentro de los sadismos de suboficiales y oficiales de turno, mis amigos podrían contar innumerables anécdotas al respecto. El servicio militar al ser una de las estupideces más desgastantes que haya pergeñado el estado, justificaba cualquier intento de minimizar el daño generado.

Invisibilizarse en la universidad quizás arrastre taras de la secundaria, problemas familiares desorbitantes o inconformismos inciertos, pero en la práctica, en la Fadu, en nuestras carreras la imagen constituye nuestro lenguaje, por lo que transformar una imagen en algo invisible es harto difícil. Establece una contradicción esencial.
Nuestra tarea principal, en pos del buen ejercicio proyectual, sea propender a la coincidencia entre lo que dibujo, lo que pienso y lo que tengo para decir, el resto sale sólo y cuando sale, el universo brilla mucho más.

Nuestro largo año en el CBC nos da innumerables oportunidades de ayudar a destrabar las porfiadas imágenes invisibilizadas, sólo hay que aprender a mirar con suma atención.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Cesary Wyszynski
  




PD: ahhh, y feliz navidad!, si el mundo y el gobierno no te sacaron las ganas


5 comentarios:

  1. Jajajaaaa, ni que hablar. Ahí va una (que usted debe haberla oído ya) amigo. Primer día de Colimba, todavía de civil, se me acerca un soldado, quien luego conocería como el amigo (y artista plástico) Miguel Fernández y me sugiere, corramos hasta el final del cuartel...seguime.
    Al llegar allí me dice, ahora corramos hasta el frente, así pensaran que nos mandaron a hacer algo y nos van a molestar.
    Así pasamos toda la mañana hasta que salimos de franco. Teníamos 20 años, se podía resistir, era comienzos de 1975 y no fue fácil lo que vino después, pero junto a otros como Miguel, resistimos y aquí estamos.
    Bien visibles aunque otros digan lo contrario.
    Viste?

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    1. Jaja deberían escribir otro blog con las anécdotas que sostienen, incluidos los señores Rosso, Kleiman y el inefable conductor, el Pollo Ramos.
      Memorabes!!

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  2. Porque no? Pero mejor un micro radial para que no se pierda la verborragia del Pollo y nuestras carcajadas

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  3. invisible, el flaco, durazno, el jardín...
    hay épocas en que hace bien invisibilizarse, hay que dejar que los monstruos propios y ajenos actúen por nosotros, verlos desplegar sus encantos, aprender de ellos y volver a uno mismo transformado
    soy dragón, no puedo ver de otra manera
    felices fukin fiestas
    besos y besos

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