sábado, 29 de noviembre de 2014

aquel 2014




















Dejo pasar algunas horas para dejar que aflore la racionalidad y analizar el fin de curso 2014 con criterios de sana objetividad, casi, como Dios manda. 
Un acto sin sentido de inutilidad absoluta!

Los 260 estudiantes que ayer completaron su cursada de la materia con firma de libretas incluida, cerraron un capítulo administrativo/curricular necesario.

Concluido el arduo trabajo del año y liberados de la inquietud de la calificación, empiezan a aflorar las dimensiones que en nuestros talleres nos empeñamos en construir.
Eso es lo que queda inscripto en la memoria. El andamiaje emocional que proponemos y que ustedes, queridos estudiantes (muy queridos se puede decir?) se encargan de materializar durante un breve y extenso año de convivencia.

Las palabras y los gestos de estas jornadas de cierre y despedida tienen un efecto de imposible dimensionamiento en términos meramente académicos. Nada ligado a la emocionalidad está considerado necesario desde lo institucional, sin embargo como una gran paradoja, año tras año se constituye en el confortable marco para dejar que el señor Monge y sus secuaces nos involucren en sus sapiencias.

Cada palabra y cada gesto de cada uno de ustedes nos reconfiguran. Es algo más que un elogio. Es el nuevo engranaje que se suma a otros y mantienen esta máquina de enseñar en movimiento.
Cada palabra y cada gesto se guardan en el recóndito lugar donde atesoramos los aires intangibles que nos hacen seguir.
Cada palabra y cada gesto entonan una nueva música de esas que tanto parecen agradecer en nuestras teóricas y que materializan lo que parece estar tan afuera de la mesa del saber y que sin embargo nos dan un necesario espacio de identidad.

Quiero agradecer a Moira, Mónica, Natacha, Andrea, Lucía, Estéban, Marcelo, Ricky, Guido, Sebastián, Nico, Julián y Jade (ausentes con aviso en la foto) por su paciente trabajo y por su voluntad de dejarse llevar por estas ganas de volver a la pregunta una y otra vez.

Quiero agradecer queridos jóvenes por tanto amor que nos dejan desparramado por el taller y que nos atiborra hasta el último rincón de nuestras humanidades.

Un abrazo esencial a cada uno y hasta siempre!
Gustavo Barbosa 

PD: como no despedirnos con música?  entonces elijo al señor Luis que incansablemente nos acompaña

sábado, 22 de noviembre de 2014

Premios UBA



En la 8ª edición de los Premios UBA, nuestro blog ha sido premiado con la 1ª mención en la Categoría EduBlogs.
Nuevamente un gran orgullo y la sorpresa de que el honorable jurado distinga a este inclasificable blog como un estímulo al aprendizaje de todos.

Es un gran honor y nos empuja a seguir buscando nuevas formas de enseñanza en nuestra querida Universidad.

En especial, gracias a todos nuestros queridos lectores que son los pacientes interlocutores de algunos de nuestros insistentes pensamientos.

Gran abrazo a todos!
Gustavo Barbosa




jueves, 13 de noviembre de 2014

historias y pasiones




























Como se despierta una pasión?

Me cuesta imaginar ciertos momentos de la vida transitados desapasionadamente.
Creo  que vamos construyendo un camino de postas de pasiones que nos energizan para seguir buscando otros momentos de nuevas pasiones que nos den el envión suficiente.
Por el contrario podríamos imaginar un código de estados mentales ordenados y consecuentes para, de esta manera, intentar evitar los sobresaltos de lo apasionado. Una tarea harto aburrida y básicamente inhumana.
Un día la adolescencia nos ataca subrepticiamente y una ensalada de caos hormonales nos enfilan directo al abismo del mundo emocional. A partir de allí podemos construir el camino a la sensata adultez o dejar abiertos un par de poros de buen diámetro para dejar que se cuelen todo tipo de estímulos que mantendrán nuestra interna humanidad con la consistencia de una gelatina capaz de absorber con avidez todo eso que va más allá de estudiar, trabajar y convertirnos en personas de bien (¿?)

En mi caso personal, la música destruyó mi capacidad de resistir a la indiferencia y se convirtió en el vehículo por donde navega todo lo demás de la vida. Así de contundente.
Un perfecto medidor del estímulo emocional/pasional.
Los cuatro señores de la foto que ilustra esta entrada tienen una vital importancia en dicho proceso. Con algunos pocos años más que quien les escribe, se transformaron en los héroes que todo adolescente necesita: Almendra
Yo tenía 16 en aquel verano del '70 cuando apareció el primer Lp de este grupo de rock (conjunto, decíamos) (música beat, decíamos). Ya tenía algunos discos simples, pero éste era un paso enorme. Todo ese verano puse una y otra vez el longplay en mi Wincofón. Todo el verano y toda la vida.
Con placer empecé a entender que alguien decía lo que yo necesitaba escuchar y lo hacía en un paisaje musical que me llevaba a descubrir otras partes de mi humanidad. Fue un punto de apoyo para visualizar todo lo demás que siguió.
El rock era subversivo y estaba absolutamente al margen de los medios y sus satélites.
Nos sentíamos parte de algo que intentaba irrumpir en el mundo de los mayores.

Siempre tratando de trazar el paralelo necesario, pienso en el peso de lo emotivo en nuestro bello mundo de acciones proyectuales. Tienen un indisoluble vínculo!
Como dice con cierta ironía Spinetta en el video de abajo, somos los "decoradores" de las cosas importantes de la vida. Yo me animaría a desviar un poco el  concepto, para decir que somos los materializadores de nuestras propias emociones en forma de objetos para que el otro los use y se imbuya de toda esa carga subliminal mientras subvertimos lo conocido.

Después de varios meses de convivencia querido estudiante 2014, me permito bregar por tu eterna predisposición a la pasión como materia esencial. Todo lo demás tiene otros tiempos, otros espacios y se puede aprender. La pasión hay que ejercitarla.

Abrazo 
Gustavo Barbosa