días de volquetes

Una obra es una constante escalada de acciones y tensiones,
esfuerzos y demandas, rudeza y crudeza, construcción y deconstrucción casi simultáneas,
generación de sorpresas y espacios, el metabolismo de materia para construir una nueva materialidad.

Una obra también genera desperdicios producto de la acción. Cantidades enormes y recurrentes de restos poco aprovechados, en la mayoría de las veces, por un dudoso sentido de la practicidad.
Disfruto un día en particular, el de limpieza, el de cargar un volquete. A pesar de lo paradojal de la imagen, ya que solo cambiamos la basura de lugar, ese día, el universo de la obra suele producir una instantánea transformación, una mezcla de orden natural con una alta dosis de alivio.

La noticia de la muerte del dictador, casi una redundancia sobre su ya decretada muerte social, me hizo pensar en esos días de orden, en la serenidad que suelen generar, y, aún con la conciencia del mero cambio de lugar de la basura, en la inefable sensación de limpieza con que nos envuelven.

Gustavo Barbosa
fotografía: Moira Sanjurjo