viernes, 28 de julio de 2023

cientotreintaytres

 



















La aparición de otro nieto nos conmueve en múltiples dimensiones.

La incansable y amorosa tarea de las Abuelas de Plaza de Mayo nos afecta en lo personal y en lo social como pocas cosas nos toca vivir.

Para los que fuimos testigos de tanta salvajada, de tanta violencia y de tanto terror, casi imperceptiblemente sentimos que una articulación que dolía (estamos grandes) se puso en su lugar y podemos respirar otros aires repletos de ternura.

Para las nuevas generaciones que estudian aquellos años en los libros de historia estas acciones les permiten humanizar y dar forma a las nietas y los nietos que rescatan su propia historia como un acto de una contundencia gigantesca.

Para los odiadores y negacionistas de siempre también son actos conmovedores que los hacen salir a la luz con toda su oscura carga de insolidaridad a cuestas.

Las Abuelas nos acarician lo individual y lo colectivo con el inagotable don del restaño tan esencial para vivir. Con sus eternas sonrisas nos hablan del amor y de la conciencia colectiva en su idioma de serena fortaleza.


Nos hacen bien, a todas y a todos, lxs que estamos y lxs que aunque no estén, están.

Gracias viejas queridas, por tanto.

Abrazo
Gustavo Barbosa

Ilustración: María V. Ramirez




4 comentarios:

  1. Me encantan las apariciones. Las suyas, las tuyas, las de todos. Groso Dacal también!
    Abrazote

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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