jueves, 22 de abril de 2021

quinientostreintaysiete

 






























Nosotrxs, que transitamos los espacios de la Universidad, pública, libre y no arancelada, sabemos mucho de masividad. 

Y nosotrxs que solemos estar en las puertas, en los comienzos y en las fulgurantes emociones del empezar, sabemos escudriñar entre las multitudes y detectar las caritas, los miedos, las alegrías y las angustias para que, rápidamente, quinientos estudiantes se transformen en Flor, Pablo, Cata, Leandro o como sea que se llamen.

Hoy leo, con espanto, que hubo 537 fallecidos por el Covid.

Todo el sistema, arcaico y perimido, se pelea por vaya uno a saber que ambición y el resultado es que hay 537 muertos de los que no sabemos nada de nada, sólo que suman en la estadística que alimenta la miseria.

537 familias (amores) que esta noche la están pasando muy mal.

Para todas y todos vaya una caricia, un poco de afecto en estos días que nos ponen a prueba.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Mirekis ( gracias Enkil!)





lunes, 19 de abril de 2021

Paco, un perro confundido

 














Su atención por favor:
Estas palabras están contraindicadas para quien piense que un perro es un perro y un gato es un gato cuando comparten un tramo de nuestra vida en este planeta.

Paco nació el 16 de octubre del 2006 en Maschwitz junto con sus compañeros de preñez y allí en ese momento comenzaron sus confusiones. Hijo de una joven y virginal labradora y de un mestizo dueño y señor en aquella nuestra casa. Paco era considerablemente más grande que sus hermanos y su pelaje era de una sospechosa tonalidad. Eso y la glotonería, que conservó toda su vida, parecía más cercana a la de un pequeño cerdito con sus extraños sonidos incluidos. 
Perro cerdo.

Rápidamente alcanzó un tamaño digamos enorme. Claro, sus manotas lo venían anunciando. Semejante envergadura y su obstinada necesidad de libertad hicieron añicos esa figura que inocentemente conocemos como cerco. Sus ganas de conocer el territorio hacían que trepara (sí, trepara) por el alambre romboidal con gracia sin fin, para mi horror por supuesto. Más levantaba el alambrado y más lograba trepar como si no existiera la gravedad. Apoyaba su panza al final del recorrido y se dejaba caer hacia la aventura. Tuvimos muchas discrepancias al respecto. 
Perro gato.

Cuando dejamos atrás la casa en aquel rincón bucólico y nos fuimos a una casa suburbana con patio y terrazas junto con su fiel compañera Bofi, que ya ha pasado por este sitio, esa manía libertaria (jajaja) le hizo ver que podía caminar sin temor por una medianera de 5 mts de altura con vacío de ambos lados y pasear por las terrazas vecinas ante el pánico de los habitantes de las casas y sus terrazas. Tuvimos otros intercambios de opinión al respecto.
Perro mono.

Tenía una manera muy particular de echarse entre la gente y seguir las conversaciones con suma atención gesticulando con sus cejas de una manera que mis palabras no alcanzan a graficar. Desarrolló una consistente carrera de galán de cuanta persona se le cruzó por el camino, fundamentalmente de cuanta persona del género femenino ( todavía se puede decir?) que cayó bajo su charme.
Perro galán.

Paco me acompañó en estos últimos años con gran serenidad, revisando nuestra cómplice e íntima amistad que fue más allá de todo raciocinio. Gran degustador de miles de horas de música que compartimos sin prisa ni pausa, siendo que ello llevó muchas horas de cada uno de nuestros días.
Perro compañero.

Paco se fue a estrenar sus alitas hace unas pocas horas y me toca despedirlo. Seguramente ya no le alcanzaba esta dimensión y allí fue, al infinito y más allá.
Toda la familia lo saluda con la alegría que flota entre tantos recuerdos imperecederos.

A mí, si me disculpan, se me está haciendo difícil embocarle a las teclas, será que me entró una basurita en un ojo?

Que seas feliz Paquito, algún día me contarás.
Ojalá sigas confundido allá donde estés.

Abrazo
Gustavo Barbosa

Para Jero, Jade, Fran, Manu, Vivi y Osito

Fotografía: GBR