sábado, 30 de agosto de 2014

fronteras








































El diccionario dice del término frontera: "confín, límite", y me parece adecuado para esta ocasión. Un límite es consistente, visible y mensurable, lo cual permite a su vez, medir nuestra posibilidad de respetarlo o traspasarlo, con todos los riesgos que ello implica.
Ese límite, la frontera, puede se un rincón olvidado o nuestro lugar en el mundo. Un sitio tensionado y vital que elegimos como algo natural.
Así entendemos nuestra materia. Así la intentamos reencuadrar cada vez, desde nuestra propia historia teñida de confianza en lo por venir. Ese por venir llega cada año con nuevos actores y con la cambiante realidad.
El tránsito por nuestra materia Dibujo hacia o desde las fronteras, puede tener momentos como los de esta semana, breves y sustanciosos, casi de una construcción material. Cuerpos dibujantes, cuerpos dibujados, cuerpos y sonidos. Toda esta conjunción se instala en cada dibujo y sella una íntima unión: la emoción ligada a cada trazo.
No creo que haya mejor estado que el de sentir felicidad con la tarea que a uno le toca o elige hacer.

Gracias una vez más por dejarse llevar
Gracias a Vicky y a Guido, nuestros bailarines
Gracias a Juan, Juanqiu, Jerónimo y Mily, nuestros músicos

Un abrazo a todos
Gustavo Barbosa



jueves, 21 de agosto de 2014

a tontas y a locas


































Que es un proyecto?
Que es proyectar?

En nuestro universo Fadu hacemos proyectos sin pensar en el proyectar, simplemente proyectamos.
En el anverso de nuestro universo está la racionalidad que emerge cuando la convocamos, sólo operando en modo sinuoso. En estados algo difíciles de explicar, operamos con inteligencias que oscilan entre mundos, tocando bordes artísticos y técnicos según la ocasión.
Este proceso que por momentos parece un raro juego es de una considerable complejidad y lo vamos incorporando de manera natural.
Aprendemos a entrar y salir de estos estados de proyecto, así como entramos y salimos de los objetos que soñamos o producimos. Lo mejor de todo es que a veces, nos los podemos explicar, transformados para transformar.

Le robo estas palabras al gran Eduardo Tato Pavlovsky, que dice todo ésto con absoluta precisión:

"No se puede jugar a medias
Si se juega, se juega a fondo
Para jugar hay que apasionarse
Para apasionarse hay que salir del mundo de lo concreto
Salir del mundo de lo concreto es incursionar en el mundo de la locura
Del mundo de la locura hay que aprender a entrar y salir
Sin meterse en la locura no hay creatividad
Sin creatividad uno se burocratiza
Se torna hombre concreto
Repite palabras de otro"

Abrazo
Gustavo Barbosa


jueves, 7 de agosto de 2014

abrazo














Es difícil escribir sobre este tema y me resulta imposible no escribir sobre este tema.
Desde la oscuridad más absoluta, el tema de la violencia política en nuestro país ha dejado heridas sociales que nos tocan a todos. 
Año tras año estas heridas subsisten como si necesitáramos revisar nos como sociedad y como individuos.
Un tema muy conflictivo que llevamos a cuestas, y que cada tanto aflora, según cada uno y según la ocasión.
Algunos coincidimos generacionalmente y para otros tan solo será un tema del manual de historia.
Algunos serán indiferentes, otros no podrán serlo, pero cuando llegan acontecimientos como cada aparición de un nieto, algo parece brillar con otra intensidad. Este re encuentro en sí mismo tiene una carga simbólica que lo potencia, quizás porque todos querríamos tener una abuela así, quizás porque necesitamos creer que los eventos van dando un gigantesco giro y un día están de vuelta en la forma de un abrazo, como expresa con amor el amigo Liniers. 

Es emocionante y reconfortante convivir con esta gente que, incansable, ha luchado por propiciar estos momentos que en la práctica nos hacen un poco mejor a todos.

Como siempre, un abrazo jóvenes, éste, mucho más mejor ( si la RAE me lo permite)
Gustavo Barbosa

para las abuelas





sábado, 2 de agosto de 2014

de autoritarismos y obsecuencias


































Tengo problemas personales con dos cualidades humanas: el autoritarismo y la obsecuencia, ambas muestras de ejercicios del poder y de sus acólitos, muchas veces enmascarados en melifluas acciones.
Nada más desagradable que un autoritario y nada más nauseabundo que un obsecuente del autoritario. Una conjunción que tiende a degradar nuestra condición humana.
En lo personal, un receso plagado de ambas caras basta para buscar con fruición una pronta vuelta a los talleres donde parece ser que estas dos condenables cualidades quedan relegadas al ostracismo.

Será por la energía que todos desplegamos?

Abrazo inminente
Gustavo Barbosa