Allá
por enero, mientras comenzaba este 2012, yo escribía:
…”he descubierto con franca certeza, que
la emoción es una amiga confiable,
cariñosa compañera que modela el mundo
con formas amables, queribles y hasta
familiares,
la emoción nos lleva a otros lugares,
donde la piel es capaz de otros contactos,
la risa está más cerca, las lágrimas son
una manera de acariciar,
donde el tiempo se disuelva y se dispone
a cuidarnos”…
Estas
palabras han enmarcado la totalidad de este sitio en este ciclo, y he asumido
el riesgo de quedar a un milímetro constante de la cursilería y el aforismo
berreta. Es gracioso el tránsito por esos andurriales que te pueden atascar en
espantosas frases y contubernios con el temido lugar común.
Exactamente
lo mismo pasa con las relaciones personales con un otro.
Ser
hija/o, madre, padre, amigo, pariente lejano, pariente lejano político, o la
nominación que se te ocurra, puede ser
eso, lo que la nominación indique, o puede ser otra cosa.
Podemos
aceptar lo heredado o también podemos pensar otras dimensiones.
Imaginemos
ser el padre de tu madre, o el hermano de tu pareja, o el hijo de tu amiga,
toda una confusión, el posible nacimiento de complejos o traumas irreparables.
O no?
El
gran Philip Glass planteaba lo extraño y maravilloso de tener más años que su
propio padre muerto ya. Una paradoja para pensar.
Quizás
sea este un ejercicio para plantear a partir de haber vivido una considerable cantidad
de años y poder mirar la vida con cierta perspectiva. No lo sé, pero me parece
un buen trabajo de reformulación de lo afectivo.
Poder
correrse de un pensamiento idolátrico sobre tu madre para poder verla como una
niña, puede hacer aparecer aristas desconocidas y quizás sorprendentes.
Me
gusta plantear este ejercicio como parte del cierre de un año demoledoramente
intenso y especial.
Un
cúmulo de imágenes en ciernes…un mundo paralelo y trasnominado.
Algunas veces el tiempo se transforma en momentos, y que alcance toma entonces? Algo se transforma en recuerdo y cambia de categoría, se instala en nosotros para actuar. Comienza a buscar relaciones con lo ya instalado y el proceso se multiplica. Nuestra manera de entender la realidad se construye con estas formas. Esa realidad que habita en derredor. Al alcance de los ojos, de las manos, o de un pensamiento. No lo se. Me gusta la imagen que se desprende de las palabras de Merlau-Ponty que dice: ..."la
alucinación sustituye lo real por una semirrealidad, sujeto y objeto comparten una estructura opaca y ambigua"...pensar en una semi realidad permite la idea de completar, de sumar, cambiar, estirar y demás. Da lugar. Nos da lugar. Tomar conciencia de algunas cosas produce una transformación. O mejor aún, ser conciencia, genera un estado de transformación. Nos hace mejores. Algunas personas se transforman en seres. Algunos hechos se transforman en nuestros. Algunas veces tenemos un lugar. Y algunas veces alguien repara en ello, con todo lo que ésto lleva en si mismo. Este 2012 comienza a ser recuerdo. Yo se muy bien lo que se puede atesorar y lo valioso que subyace en alguna dimensión. Son imágenes que se sitúan, que se ubican y ordenan. Así vivimos, así proyectamos. Este es nuestro mundo. Abrazo Gustavo Barbosa fotografía: Moira Sanjurjo
requiere
de cierta predisposición, una tarea en común, voluntades mas o menos coincidentes
y algo indispensable: confianza.
Eso
es lo que llenaba el espacio del taller 218 (
un lugar tan particular paranosotros,
verdad Moira?) la confianza instalada definitivamente en cada una de sus
caras.
Quieren
saber que se siente parados en esa tarima delante de esas caras…?
Se
siente que la tarea se cumplió.
Que
nuestro lugar renovó el sentido y por sobre todo,
se siente
que enseñar y aprender es bastante más de lo que solo conforma.
Que
involucra partes de nosotros que no siempre se expresan, pero que cuando pueden expresarse, abren pasadizos mágicos a
otras dimensiones.
La
melancolía de estas pequeñas despedidas queda amortizada con cada abrazo.
Alguien
dijo ayer, es difícil acercarse a una adjunta o a un titular, pero que bueno es que puedan hacerlo cuando estamos ahí, al alcance de un abrazo.
Esta
es la cara más bella de entender a la docencia como un acto amoroso,
es bella
en su simpleza y porque explica casi sin palabras aquello de que la educación
conmueve.
Y
que en nuestro caso, corrobora esa idea de que el proyecto transforma.
En
pocas horas el curso 2012 pasa a otra dimensión.
En
este momento tan particular me pregunto acerca de los encuentros.
Ustedes
no tienen la posibilidad de elegir cátedras en este ciclo de pregrado, les toca lo que el destino impone, un papelito con una misteriosa sigla, T220, T221…
Que clase de eventos comienzan en ese
instante?
Opera lo fortuito? Opera lo inevitable?
Me pregunto
también que se llevan de este curso?
Saberes?
Dudas? Certezas? Monge? Color?
Cada
uno lo sabe o al menos lo intuye, o lo verá aflorar en los años por venir, o
dejará todo en un cajón, junto con
viejos recuerdos.
Todo
esto es posible y pasible.
Cada
uno lo sabe. Y nosotros también.
No
tenemos un medidor de saberes, seguramente habrá dispositivos didácticos que lo
hagan, pero no confío en su capacidad de
medir lo intangible, eso se lo dejo a la intuición. Confío
en esa sutil mirada. Porque sabe de afectos, porque sabe de reconocer lo íntegro.
Hemos
intercambiado historias, las que todos traemos, y eso es lo que produce un
encuentro, lo que le damos al otro y nos llevamos del otro.
Eso
es lo que atesoramos. Esto es lo que nos hace crecer.
Entre
alegrías y melancolía aparecen las palabras.
Las
imágenes que tanto propiciamos, son imborrables. Esto es lo mágico de la
docencia, deja huellas y nos empareja.
Gracias
por tanta confianza, eso vuelve multiplicado, se los puedo asegurar.