jueves, 17 de noviembre de 2022

encuentros cercanos

El tiempo juega con nuestra imposibilidad, está claro.
Nos manejamos con comodidad en la tridimensionalidad, pero en las cuestiones cronológicas, la labilidad nos juega gambetas arteras.
Ayer, hoy, mañana, son términos de inestabilidad absoluta.

Se puede comprimir el tiempo?
Se puede sublimar el tiempo?

Pasé cuarenta años de mi vida en el Pabellón 3, en la Fadu, sosteniendo la docencia, la docencia universitaria pública. Es una enorme huella en mi vida.
He conocido muchas y muchos estudiantes, cercanos, lejanos, trascendentes o no, bellísimas personas de infinita categoría y condición.

Que se habrán llevado de mí?
Que marcas les habrán quedado en el breve camino compartido?

Estas preguntas no tienen respuesta, solo intuiciones intangibles, pero tengo muy en claro que es lo me he llevado yo, que es lo que atesoro en mi equipaje esencial.
Mis propias marcas, las que ostento en mis lugares santos.

Este contacto intenso y emotivo me ha hecho mejor persona. 
Me ha llenado de sonrisas y afectos. 

Hemos hablado de diseño, de formas, de sueños y de emociones, hemos hecho lo necesario y hemos volado a otros universos donde resulta que se dibuja con otras partes.

Muchas de esas expresiones están esbozadas en este blog, para que no se las lleve el tiempo, ese persistente predador.

Una vez más la UBA ha considerado que merece un premio y a mí me conmueve en profundidad. Es un querible reconocimiento al andar siempre cerca del borde, como me gusta correr por esta vida.

Gracias, muchas, a los que me dan este empujón y sobre todo a las y los entrañables lectores que son lo más lindo que hay.

Abrazo
Gustavo Barbosa