miércoles, 22 de febrero de 2017

habitantes de plastilina


























2017, un año que promete.

No sé si lo que promete es alentador, pero sí está claro que va a dar que hablar.
Por la política, por tanta gente querida y famosa que ha decidido abandonarnos, por las elecciones que nos obligan a pensar que corno queremos, por las eternas dificultades que nos acechan en esta parte del continente, por muchas cosas más y por muchas cosas que quizás no logremos percibir.

Imagino que podamos tomar las riendas de nosotros mismos sin seguir esperando el mesías que nos modele a su gusto y semejanza, o que nos aplaste como a un muñequito de plastilina.
Cada uno de nosotros que se adueñe de sí mismo hará, con el otro, un incipiente bloque de materia humana indispuesta al modelaje.

Un año para pensar, dibujar y dibujarnos. En eso estamos.
Claro, estoy hablando de la Fadu, que otra cosa?

Abrazo lo más humano posible
Gustavo Barbosa

fotografía: Ludmila Foblova

lunes, 20 de febrero de 2017

cara de piedra

































Una cara absolutamente inexpresiva y una andanada de situaciones al borde de la catátrofe, fueron la fórmula imbatible del gran Buster Keaton, en sus películas.
Esa extraña mezcla entre el humor inteligente, la imagen justa y la cara de "yo no fui" hacen un coctel que fue el obligado antecedente de otros brillantes maestros de la comicidad.

El absurdo y el marco de la risa desconcertada son para mí una forma de vida de gracia meridiana. No hay otra manera de sobrevivir en este mundo amenazante si no nos tomamos todo con humor. Cuando digo todo, es todo.
Claro, con cierta dosis de inteligencia, la que podamos desplegar, sino corremos el riesgo de parecer unos bobos consumados.

En nuestras clases, en nuestros talleres, esa conexión con la otra cara de la vida, es el combustible indispensable. Nuestras profesiones tienen algo de sanador, entonces porque no habríamos de hacerlo con una hermosa sonrisa? 

Un poco acá y un poco en esa dimensión que se torna invisible a los ojos del desangelado, así somos y así seguiremos siendo, que otra cosa?

Abrazo
Gustavo Barbosa

para mis queridos piscianos, que de ésto sabemos bastante

fotografía: Bert Stern (gracias amigo Enkil!)


viernes, 10 de febrero de 2017

frankenstein






































La famosa novela de Mary Shelley de 1818 propone un mundo de cierta perversión científica en el que mediante manipulaciones varias es posible recrear la vida misma.
La novela en sí misma es una organización de distintos fragmentos escritos una y otra vez por su autora bajo la mirada inquisidora de su marido, el tal Percy.

La criatura concebida por el Dr. Frankenstein es la víctima de la soberbia del científico, ávido de fama y el relato esconde varias alegorías en relación a la época en que fue escrita, los albores de la Revolución Industrial.

Me pregunto si todos tenemos un algo del Dr. Frankenstein?
Intentamos modelar el contexto humano a nuestros deseos?
Imaginamos juntar distintas partes para conformar personas ideales?

En nuestro mundo proyectual, juntamos materiales y partes, muchos, miles e intentamos modelar un objeto, que parezca tal.
Peter Zumthor habla de la "Consonancia de los materiales" como una de las condiciones para generar una forma bella.

Creo firmemente que para que esos objetos cobren vida, deben imbuirse de nuestras propias partes y resonar en un diálogo de extrema intangibilidad.

Abrazo ensamblado
Gustavo Barbosa

ilustración: James Bullough ( Blog Uno de los Nuestros)



miércoles, 1 de febrero de 2017

pelusa


























Fue mi primer obra, un sótano en la avenida Carlos Pellegrini a 1 cuadra de la Muni por aquel entonces. Un aquel entonces bastante lejano a la fecha.
Un bar de billares con baños en pésimas condiciones siendo la encomienda renovarlos en tiempo record ya que los propietarios no querían cerrar ni media hora.
Acordamos un monto y la frase inaugural fue..."todo lo demás lo arreglan con Pelusa"

El susodicho Pelusa era un señor muy corpulento con un rostro de obvia ascendencia libanesa, que incluía cara de pocos amigos y que se ocupaba de la limpieza del lugar.
No parecía el referente ideal para encarar una novel obra, hasta que comenzó a hablar.
Pelusa, el señor Pelusa, tenía una voz casi femenina y unos modos muy acordes. Para mi sorpresa, Pelusa era un tipo encantador con una notable cultura general, que elegía un trabajo sin demasiada responsabilidad por sobre cualquier situación estresante.

No recuerdo demasiado los baños, pero sí recuerdo al amigo Pelusa al que no volví a ver después de ese breve encuentro.

La profesión de arquitecto y la profesión de docente abrevan de un mismo río, el contacto intenso con las personas, por lo menos esa es nuestra manera de entender ambas cosas.
Encuentro con clientes, encuentro con operarios, encuentro con estudiantes, encuentro con personas de carne y hueso, con anhelos, intereses, deseos, inquietudes y demás, para los que desplegamos proyectos que despliegan formas, texturas, olores y colores.
Para el otro, el que está ahí al lado.

Abrazo
Gustavo Barbosa

fotografía: Steven Jensen

Este grupo de artistas brega por un mundo más justo, salud por ellos