viernes, 27 de noviembre de 2020

rabiosamente así















El 2020, como buen año bisiesto se ha empeñado en ser el mejor y se lo merece sin duda alguna.
Nos ha hecho parar el universo, nos ha hecho pensar, nos ha hecho expresar las más de las emociones, nos ha golpeado, nos ha dejado sin aliento, nos ha zamarreado, nos ha sacado de los lugares que solíamos ver, en los que solíamos ser y nos ha enfrentado con los irremediables espejos que nos miran.

Quien soy?

Es particularmente desconcertante vivir en un país que busca horizontes distintos cada vez.

Esta semana nos ha enfrentado con las fuertes emociones que llevamos guardadas en los lugares santos que se agolpan a los empujones por salir a la luz.

Las emociones y tristezas personales son únicas e intransferibles. Pero las emociones y las tristezas sociales, las de todos, son poderosas y nos convocan desde los huesos hasta el infinito.
Así las lágrimas de la otra persona se transforman en propias, así las tristezas y las alegrías se transforman en lo que nos da identidad.

Me conmueve encontrarme con las emociones del otro y cantar juntas y juntos buscando resonar con los que se fueron y con los que seguimos, así, en estos silencios tan llenos de sonidos.
Me gustan estos días que abren puertas que, al atravesarlas, nos dejan llenos de cicatrices y a la vez, indescriptiblemente mejores.

Abrazo 
Gustavo Barbosa

para el Diego que llevamos dentro

fotografía: Día a Día






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