domingo, 27 de enero de 2013

ser hacer






































Ser obra
Ser hacer

Observaba en silencio la puesta a plomo de la vieja carpintería, una puerta ventana de casi 100 años desplazada de  su ubicación a otra a pocos metros. Los dos albañiles operaban con delicada pericia: la plomada, los puntales, las cuñas, los clavos de gancho, un golpe aquí abajo, otro en el lado opuesto, allí arriba. La anacrónica plomada decía su verdad terminante y todo volvía a comenzar. Una y otra vez, hasta alcanzar algo parecido a la perfección. Rodeados de muros sólidos todos respiramos. La vieja casa, también.

El hacer de la obra es.
No hay nada virtual en ello. Nada.
Solo nuestra mirada de arquitectos.

Somos por instantes, las manos de los albañiles. Rústicas y sabias.
Es confortante entregarse a esa sabiduría.
Hablan con pericia de un viejo oficio.
Hay algo emocionante en esos diálogos invisibles e insonoros, el de las manos de nuestro albañil con nombre, apellido y sonrisa, con las manos anónimas de aquel, que a principios del siglo XX, levantó esa casa, nueva por entonces.

Es bueno quedarse en silencio tratando de escuchar que se dicen…

Gustavo Barbosa

martes, 8 de enero de 2013

cosas raras


quien está pensando cosas raras para el 2013?


no!


no!


...



abrazo para todos!!